Espero no defraudar a mi peticionaria y que le parezca aceptable mi trabajo.
Inmediatamente comprobé mis cuentas bancarias. Noyub había
cargado a mi tarjeta de crédito dos viajes a Madrid y la estancia nocturna en
un hotel barato. No había nada que no esperara, le había dado permiso para
hacerlo y ella había respondido a mi confianza.
Durante una semana permanecí conectada a Internet esperando una
nueva conversación con Noyub. Y por fin se produjo. De nuevo se abrió una caja
de chat en la que Noyub me daba las gracias y me daba la alegría de decirme que
le habían concedido el asilo en España y que iba a ser evacuada del Yemen, pero
que no se quería marchar sin la compañía de algunas amigas. Cerré los ojos y
tragué saliva, sabía lo que me iba a pedir. Y me lo pidió, me dijo que
necesitaba que de nuevo necesitaba que le prestara mi cuerpo durante una semana
para intentar salvar la vida a sus amigas que tan sólo eran sólo unas niñas. Yo
había vivido el infierno yemení durante un solo día y me pareció insufrible, no
podía imaginar lo que estaban sufriendo esas chiquillas, así que respiré
profundo y escribí que “De acuerdo, te presto mi cuerpo durante una semana” De
nuevo pensé que yo era Noyub y que vivía en el Yemen, sentí la sensación
familiar de mi alma abandonando mi cuerpo y viajando por el ciberespacio y otra
vez el aterricé en el cuerpo maltratado de Noyub.
Esta vez las primeras sensaciones no fueron de
desorientación y miedo. Esta vez fue la sensación de terror. Escuchaba disparos
y a una distancia no muy lejana se oían explotar bombas. Me tiré contra el
suelo llorando y gimoteando mientras pedía socorro.
El barbudo que decía ser mi marido entró a mi dormitorio y viéndome
en el suelo comenzó a darme puñetazos en la espalda mientras susurraba que me
callara o nos matarían a los dos. Horrorizada vi como la Tablet de Noyud que
aún estaba en mi mano era pisada por el barbudo, si ese aparato se rompía no
podría volver a mi cuerpo, así que grité mas fuerte. Y entonces el barbudo me
pateó la cabeza. Y yo perdí el sentido.
Durante un día permanecí inconsciente hasta que me recuperé
al segundo. Estaba tumbada en el camacho de mi habitación y tenía a mi lado un
plato de sopa aguada y un trozo de plátano negro. Estaba hambrienta y me los
comí con apetito a pesar de que me dolía la boca al masticar y tenía ensangrentadas
las encías. Estaba sola y permanecí sola durante 5 días mas en los que no me
atreví a salir fuera de casa y tan sólo me pude alimentar con un poco de pan
agrio que encontré en la cocina y algo de agua que había en un cántaro de
barro.
Por fortuna la Tablet estaba intacta, aunque le quedaba muy
poca batería y como el bombardeo había cortado el fluido eléctrico decidí
apagarla hasta que se cumpliera la semana que había acordado con Noyud. Al
sexto día regresó mi esposo, parecía muy asustado y me dijo que nos teníamos
que ir porque llegaba el ejército y nos matarían si nos encontraban. Eso hizo
que se me acelerara el corazón, no podía irme porque este era el único lugar en
el pueblo donde había conexión a Internet y si me iba jamás podría contactar
con Noyud y volver a mi cuerpo. Me quedaban dos días para cumplir el plazo así
que me puse de rodillas y besándole los pies le dije que tenía mucho miedo a
las bombas, que esperáramos 2 días a ver si paraban y entonces me iría con él.
Por primera vez desde que lo conocía lo vi dudar, miró a mis
manos temblorosas que sujetan la Tablet, sonrió y finalmente aceptó.
Los dos siguientes fueron de miedo y violaciones continuas.
Hasta que llegó el día del retorno a mi cuerpo. Volví a encender la Tablet y
durante horas permanecí en silencio mirando la pantalla. Mi marido seguía a mi
lado vigilando lo que hacía en la tablet con curiosidad. Sonreía de una forma
maligna y una hora antes de que se cumpliera el plazo me arrancó la Tablet de
las manos y me dijo que sabía lo que yo me proponía y que por eso me había
dejado usar un aparato de Satán como son las tablets. Me arrastró hasta mi
habitación y la cerró con llave. Horrorizada me di cuenta que no podía hacer
nada y como rápidamente pasaba la hora en la que debía contactar con Noyud. Dos
horas después del plazo acordado cuando la puerta se abrió.
Entró el barbudo y me dijo que me iba a liberar, me llamó la
atención su cara de miedo y sorpresa. Por primera vez dio muestras de cariño y
se me abrazó amorosamente mientras susurraba “Lo siento mucho, lo siento mucho”
Luego, bajando la vista con vergüenza me dijo que él era Noyud, que había
intentado volver a su cuerpo pero que algo había funcionado mal y había acabado
en el de su marido que en esos momentos estaba usando la Tablet. Asombrada vi
que la Tablet aún estaba encendida y abierta en una sesión de cam donde
horrorizada pude ver como el cuerpo de Carmen Sanz, mi cuerpo de nacimiento,
completamente desnudo se dedicaba a masturbarse. Debió detectar mi presencia
porque se puso en pie sobre unos tacones finísimos y altos y en perfecto
español me dijo: “AlÁ permite que nos camuflemos entre los paganos para
expandir su reino. Y qué mejor camuflaje que el cuerpo de unamujer infiel
occidental en su propio país. Ahora comienza mi lucha por la Yihad desde
España. Allah nos bendiga” mientras sonriendo se ponía mi mejor bra de encaje.
No pude escuchar nada más porque fuera de mi casa las bombas
sonaban más cerca que nunca.
Me En encanto amas no poder este final
ResponderEliminarGracias desconocido.
EliminarA mi también me gustan los finales que no son del estilo Disney.
Le historia me ha producido algo de morbillo, son de esas que las siento tan reales que no puedo dejar de obsesionarme con ellas
ResponderEliminarPor desgracias son reales. Kary.
EliminarTengo que decir que Nayud existe de verdad y que la casaron con 10 años con un tío 40 amyor que ella y que le pegaba palizas todos los días y la violaba.
Algo mucho mas terrible que las tonterías que escribimos por aquí
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