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miércoles, 17 de abril de 2019

Yemen (1ª PARTE de 2)

No suelo aceptar peticiones para hacer captions. Pero esta la acepté por la temática y porque se trataba de un reto creativo.
Espero no defraudar a mi peticionaria y que le parezca aceptable mi trabajo.

Hace un par de meses abrí una cuenta de Facebook para interactuar con el grupo de “captions”. Comencé a añadir a personas que conocía, pero comenzaron a llegarme peticiones de amistad de los amigos de mis amigos. Como sólo tenía una docena de contactos en esta cuenta decidí agregar a los amigos de mis amigos y luego llegaron peticiones de amigos de los amigos de mis amigos. Y también los añadí. En poco tiempo tenía mas de 1000 contactos totalmente desconocidos y a los que simplemente ignoraba cuando intentaban conversar conmigo.

Pero hubo un contacto al que no pude ignorar. Como imagen mostraba una mujer vestida con un niqab negro y la bandera yemení en sus manos. Investigué en su perfil y decía llamarse “Noyub” y vivir a 60 Km de Hodeida. Intenté chatear con ella, pero nunca me saludó. Hasta que hace dos semanas fue Noyud la que me pidió que la atendiera. Me abrió una caja de chat y con un inglés deficiente me contó que necesitaba mi ayuda. Yo había oído hablar de la guerra en Yemen y sentí piedad por esa muchacha. Le dije que la ayudaría en todo lo que pudiera. Y eso pareció darle confianza porque ella me habló de su vida, que con 13 años fue entregada por su padre a cambio de una dote para que se casara con un hombre 40 años mayor que ella. Era un hombre violento que le pegaba y la violaba todos los días. Me dijo que ella quería huir a Europa y que para conseguirlo necesitaba mi ayuda. Sin pensarlo le respondí que la ayudaría en cualquier cosa que pudiera. Y ella me contó que necesitaba un favor muy grande y ese favor era que le “prestara mi cuerpo” para conversar con políticos de España y la Unión Europea. Pensé que la muchacha estaba loca o simplemente se trataba de una broma, por lo cual decidí seguirle la corriente. Le conté que estaba de acuerdo en prestarle mi cuerpo durante un día completo pero que no sabía cómo hacerlo. Ella me envió el emoticón de una carita sonriente y luego escribió que solamente debería hacer una cosa “Repite mentalmente que eres Nayud una y otra vez e imagínate que estás en Yemen y dentro de mi cuerpo”. Recuerdo que sonreí por la inocencia de la respuesta, pero continué con la broma e hice lo que ella me pedía. Inmediatamente noté como mi alma se separaba de mi cuerpo y viajaba por cables de fibra y cobre durante miles de kilómetros hasta ser expulsada al interior de un cuerpo. Abrí los ojos, pero apenas pude ver nada. Mi cabeza estaba cubierta por un velo y tan solo una pequeña abertura horizontal me permitía contemplar lo que me rodeaba. A mi lado estaban dos mujeres de rodillas vestidas de negro y con la cabeza baja. Yo también estaba de rodillas, iba vestida con un niqab negro y llevaba en mi mano una pequeña Tablet en cuya pantalla aparecía el mensaje “Carmen Sanz ha desconectado”
Al fondo de la habitación pude escuchar a tres hombres discutiendo acaloradamente. Sorprendida me di cuenta de que podía entender lo que decían a pesar de que lo hacían en idioma árabe. Entre gritos se me acercó un hombre barbudo de una edad cercana a los 60 años, me agarró del brazo y empujándome me dijo que nos íbamos a casa.  Caminé con la cabeza baja tres pasos por detrás de él hasta que llegamos a un edificio medio derruido que él llamaba vivienda. Me empujó dentro y después me ordenó que fuera a mi habitación.
La habitación de Nayub consistía en una cama con un colchón maloliente y una pequeña silla de madera. Desesperada y sin entender muy bien lo que pasaba me senté en la cama hasta que volvió mi “marido” De un tirón me arrancó el pañuelo de mi cabeza, colocó mi cabeza entre sus piernas y me obligo a chupársela. Me dijo que era idiota, que lo estaba haciendo muy mal, me obligó a desnudarme y luego me folló hasta que se quedó sin fuerza. Luego me arrojó sobre la cama, apagó la luz y cerró la puerta de mi habitación con llave. Recuerdo que me dormí llorando y temiendo que Nayub huyera con mi cuerpo y me dejara en este infierno de vida.
Pero no lo hizo, puntualmente cuando se cumplía el plazo acordado, pude ver en mi pequeña Tablet el mensaje en árabe “Carmen Sanz ha conectado”. Volví a sentirme desorientada y noté como mi alma viajaba por internet hasta que era expulsada en mi antiguo cuerpo. Había regresado a mi cuerpo, a mi país y a mi vida. Cuando recobré el control de mis sentidos estaba sentada delante de mí pc y podía ver en la pantalla el mensaje “MUCHAS GRACIAS” en letras gigantescas.

2 comentarios:

  1. Me esperaba otra final pero me gusto

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  2. Gracias por leer Oswaldo.

    Eslo que tiene escribir captions para una petición, deja unos límites muy estrechos para la imaginación.

    De todas formas te diré algo, aún no ha terminado, queda la segunda parte.

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