Yo me sentía morir, por segundos se me nublaba la vista,
mientras Magda se vestía con las ropas negras para mi entierro.
Pero no tenía
miedo, porque en el cuerpo de mi nieto allí estaba mi padre abrazándome
amorosamente en esos últimos instantes. Pero ¿Dónde estaba mi madre? Con mis
últimas fuerzas me froté los ojos para confirmar que lo que estaba viendo. En
uno de los espejos del vestidor podía ver el reflejo de mi madre, aunque no
pudiera verla en el vestidor. Seguí mirando el espejo y vi como el espíritu de mi
mamá se acercaba a Magda, alargaba su brazo y la tocaba. Contemplé como el
cuerpo de Magda empezó a agitarse y a temblar mientras el espíritu de mi madre
poco a poco se iba disolviendo dentro de la carne mortal de Magda.
De pronto, el cuerpo de Magda se derrumbó y al igual que había
hecho cuando tenía 5 años me abalancé sobre ella con mi último aliento. Mi
padre se acercó y me volvió a acariciar el pelo, mientras tanto, las manos
frías de Magda recogieron las mías, las acercaron a sus labios y las besaron.
Con una sonrisa como sólo la había tenido mi madre, me dijo: “Soy tu madre,
Juan, y ha llegado el momento de entregarte tu regalo de cumpleaños”.
Justo en ese instante fallecí, y mi alma escapó de mi cuerpo
y en ese momento mi madre puso las manos en la misma postura que tenía cuando
llevó la tarta de mi quinto cumpleaños y cerrando los dedos recogió mi espíritu
moribundo.
Mi madre con la voz melodioso me dijo: “Tú no lo sabes, pero Magda está embarazado”
Noté como mi alma se filtraba dentro de Magda, hasta el
interior de su vientre, y se filtró en el cuerpo de mi biznieto aún no nacido
que en ese momento comenzó a respirar.
Aún me faltan siete meses y medio para nacer y soy feliz
porque volveré a vivir con mis padres que habían muerto hace décadas y que iban
a volver a ser mis progenitores. Seré feliz porque ellos siempre me han querido
y cuando nazca esperaré impacientemente a que mi madre me entregue el regalo de
mi quinto cumpleaños.
Genial historia
ResponderEliminarQue bueno que siempre los malos sufran as consecuencias
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