Apenas hacía pasado un mes desde que conocí a Daniel. Ni
siquiera sabía dónde vivía o en que trabajaba y sin embargo Daniel se había
portado como un auténtico caballero conmigo.
Me había regalado un precioso vestido negro para ir al
teatro. Había alquilado una limusina gigantesca para acudir a la cita. Paro
frente a mi casa, salió del coche y llamó al timbre. Iba vestido con un traje
rosa de diseño, que hubiera parecido amanerado en cualquier persona, pero que en
él era tan sólo elegancia. Cuando abrí la puerta, me saludó con una inclinación
de cabeza y puso en mis brazos dos docenas de rosas rojas. A continuación, hizo
alabanzas de mi belleza y me dijo que le había costado trabajo pero que había
encontrado algo casi tan lindo como yo. Y extrajo de una caja dorada un collar
de diamantes que colgó de mi cuello. Subimos a la limusina y me llevó a cenar
al restaurante más caro de la ciudad y después al teatro dónde había reservado
los mejores palcos. Cuando terminó la función tuvimos una sesión de sexo
salvaje en la suite presidencial del Hotel más caro de la región.
La noche había sido maravillosa, pero quedaba la guinda. Con
la noche terminada, cuando llegaba el momento de despedirnos, se puso de
rodillas delante de mí. Sacó de su bolsillo un anillo y me dijo:
-
Anna, tu deseo para mi es la magia más poderosa
y se va a cumplir si los haces con toda la voluntad de tu alma ¿Estarías
dispuesta a pasar el resto de tu vida conmigo?
A mí se me saltaron las lágrimas, el corazón me palpitaba
como si quisiera salirse de mi pecho. No dudé un segundo y le respondí: “Sí, sí
que quiero estar contigo, ahora, siempre y hasta el día de mi muerte”.
Daniel delicadamente cogió mi mano y después de besarla me
puso el anillo en el dedo anular. Me respondió: “Que así sea”
Entonces el mundo giró a mi alrededor, sentí desorientación
y me desmayé.
Cuando me desperté estaba de rodillas, con mi vestido
ensuciado y arrugado. Levanté la cabeza y contemplé a mi propio cuerpo dentro
del traje rosa de Daniel. Por primera vez me di cuenta de lo guapa que estaba
vestida de rosa y lo orgulloso que parecía Daniel en su nuevo cuerpo.
- He cumplido tu deseo. Ahora estarás para siempre conmigo.
Porque vas a vivir en mi cuerpo que será el tuyo hasta que mueras. Yo me quedo
con el tuyo y me marcho a tu casa, a tu trabajo y a tu vida.
Por cierto, no he pagado el vestido, ni la limusina, ni el
restaurante, ni el teatro, ni el Hotel, ni las flores y tampoco el anillo. ni
el collar, ni el traje, me dijo mientras jugaba con los diamantes que ahora
estaban en su cuello. Deberías buscar dinero y pagar las facturas o te meterán
en la cárcel. Tu nuevo cuerpo tiene antecedentes por estafa y varias condenas
pendientes.
Diciendo eso se marchó haciendo equilibrios en mis tacones.
Yo me quedé mirando asombrado-a. No entendía lo que había pasado, pero sabía
que tendría que marcharme corriendo antes de que llegara la policía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te ha pasado que quieres decir algo pero las palabras no son suficientes? Ahora puedes colocar imágenes o vídeos en comentarios, con los siguientes códigos:
[img]URL de la imagen[/img]
[video]URL del video[/video]