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sábado, 4 de mayo de 2019

Segundo Aniversario (2ª PARTE de 2)

En la noche en que se cumplía el segundo aniversario del accidente, Laura y yo hicimos el mismo viaje, detuvimos el carro en la misma curva del accidente e instalé cámaras de visión nocturna ultravioleta y micrófonos parasónicos. Aún no había bajado del coche cuando Laura empezó a quejarse de un gran peso sobre sus hombros.
Y en el instante en el que puso sus pies en el barro empezó a tronar y a llover torrencialmente. Parecía que las fuerzas del Más Allá se estuvieran reuniendo en ese punto para celebrar tan maldito aniversario. Laura abrió el paraguas y arrastrando sus pies marchó hasta el borde de la carretera desde la que lanzó el auto al precipicio. Yo miré por las cámaras como Laura se iba encorvando poco a poco por un peso desconocido hasta que se detuvo al borde la carretera.
Laura me hizo un gesto de que estaba preparada y yo grité:
-Valeria, ¿estás aquí? Aparece, no puedes seguir torturando a Laura, porque ella es mi esposa y siempre lo será. Si le causas daño a ella, también me lo causas a mí.
En ese momento pude ver en la pantalla de las cámaras como se materializaba Valeria sobre el paraguas de Laura. Estaba en la misma posición retorcida y doliente en la que muriera dos años atrás. Levantó sus ojos sin vida y me dijo – Ella o yo, tú eliges con quien quieres pasar el resto de la eternidad.
Debía haber dudado, pero no lo hice. Laura se había convertido en una persona tan triste y tan solitaria, había matado a Valeria y merecía un castigo. Y echaba tanto de menos a Valeria.
-          Te prefiero a ti Valeria, echa a esa puta asesina de este mundo.
Entonces vi horrorizado como el espíritu de Valeria atravesaba la tela del paraguas y poco a poco se introducía en el cuerpo de Laura. Hubo gritos y lamentos, Laura cayó de rodillas y después se desplomó en el suelo. Allí se agitó durante unos instantes y luego se levantó lentamente, arrastrando los pies se me acercó. Me cogió por el cabello, me miró sonriendo y me besó con todo el calor de un alma liberada.
-          Vámonos a casa, ahora somos marido y mujer y yo necesito recuperar dos años sin estar a tu lado.
Los dos subimos al coche mientras tanto escuchaba por los micrófonos parasónicos una voz sufriente y aterrada que gritaba “SOIS UNOS TRAIDORES”

2 comentarios:

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