Los días siguientes los cambios fueron de menor importancia,
pero continuos: primero las cejas, luego el grosor de los labios y los pómulos,
posteriormente los glúteos y la pérdida de peso.
Hasta que ayer me hizo la última visita. Entró a la
habitación donde estaba amarrada a la cama y me dijo “Sólo me queda el último paso en mi
transformación. Tienes 19 años. Necesito ser tan joven como tú “
No
había terminado de decir esas palabras cuando pude observar cómo se elevaban
sus pechos, desaparecían algunas pequeñas arrugas en su rostro y su piel se
aclaraba como la de una adolescente. “Es maravilloso, ni siquiera cuando era un niño me había
sentido tan sano y tan fuerte” caminó
lentamente hasta el gran espejo del salón y admiró su reflejo. “ahora soy idéntica
a ti, hermanita, nadie puede negar que somos hermanas gemelas. Pero no puede
haber dos Carmen Sanz y ningún Devin. Necesito que te conviertas en mi
hermanito mayor y que me cuides para siempre” Dicho esto sacó de una
bolsa unos jeans sucios y una camiseta sudada. “Aquí está mi sudor y mi ADN, hermanito, cada
vez que te he dado de comer has estado ingiriendo asimiladores del ADN que
mutarán tu estructura física para hacerla idéntica a la del antiguo Devin”
Estaba atada y no pude resistirme cuando me obligó a vestir
sus ropas viejas. En pocos segundos sentí un dolor extremo cuando mis huesos
empezaron a romperse y a reconstruirse en formas masculinas y desgarbadas. Mi
piel se oscureció y noté como se formaban arrugas en mi rostro.
Tan sólo duraron unos minutos los cambios. Y en cuanto
terminaron, Devin se acercó al borde de mi cama y me dijo. “ahora tengo un hermano mayor que me cuidará” Mientras tanto desataba mis ataduras y se sentaba a
mi lado.
Quería agarrarla por el cuello y rompérselo. Ese tipo me
había robado mi cuerpo y mi vida. Pero no pude, simplemente la abracé y le
respondí. “Yo siempre te cuidaré hermanita, porque con un cuerpo
como el tuyo nunca deberías trabajar, podrás ser modelo y si quieres llegarás a
ser presidente del país. A partir de ahora no tendrás que preocuparte por nada
porque tu hermano Devin se va a encargar de que no te falte nada” Mi
nueva hermana me miró con sus preciosos ojos azules y me sonrió satisfecha. No
podía permitir que le faltara algo a esa maravillosa criatura. Mi futuro, a
partir de ese momento estaba claro, debería comportarme como el hermano mayor
que era y dedicar el resto de mi vida a conseguir la felicidad de mi hermanita
Carmen Sanz.
Buen Final
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