Cuando
contraté a Susana sabía que no contrataba a la prostituta más cara del país,
estaba contratando al cambiador de cuerpos que hace años la había poseído.
Yo era un
hombre viejo y cansado, pero había conseguido una gran fortuna en inversiones
de riesgo, y había el momento de utilizarla para conseguir una nueva vida y un
futuro mejor.
Sólo quedaban 30 minutos cuando Susana llegó. TIC, TAC, TIC, TAC
No perdí el
tiempo y le dije que sabía que era un cambiador de cuerpos. Le conté que no
sabía si su alma era la de un hombre o la de una mujer, pero que sabía que el
cuerpo de Susana no era el suyo y que lo había robado años atrás.
Sólo quedaban 20 minutos, TIC, TAC, TIC, TAC
Le propuse a
Susana que a cambio de su cuerpo le iba a dar un cuerpo viejo, pero
inmensamente rico. Podría tener todos los caprichos que quisiera, comprar
cualquier cosa que se le apeteciera y cuando quisiera podría usar su poder para
conseguir otro cuerpo más sano y más joven.
Quedaban 15 minutos, TIC, TAC, TIC, TAC
Susana no
parecía convencida, su cuerpo actual era demasiado bello y demasiado bueno para
el sexo, no quería abandonarlo. Le serví una copa del champagne más caro de mi
bodega y le prometí devolverle su cuerpo en el momento en que ella quisiera si
se arrepentía del trato. Me sonrió con una mueca despectiva mientras bebía el
champagne y me respondió que no.
El tiempo se acababa, solo 10 minutos TIC, TAC, TIC, TAC
Le ofrecí 2.000.000
de dólares por un cambio de una semana, para que ella pudiera comprobar que mi
cuerpo, aunque viejo, estaba sano y sin problrmas físicas.
Susana se
había dado cuenta de mi desesperación y volvió a negarse al trato.
El tiempo
estaba casi finalizado, 5 minutos más y todo
habría terminado TIC, TAC, TIC, TAC
Susana no
quería pactar conmigo. No quería abandonar su maravilloso cuerpo. Estaba harta
de la conversación y quería marcharse. Me pidió que la llevara de vuelta a la
ciudad. Con una mirada de tristeza le
pedí que me acompañara a mi parking privado.
Era la
ocasión para jugar mi última carta, una carta desperrada, pero que debería
funcionar.
En la
cochera estaba aparcado un Mercedes precioso, recién comprado. Le entregué una
bolsa de regalo con las llaves del coche dentro. Es tuyo, es el pago por haber
venido a escucharme. No te preocupes por mí, yo cambiaré de cuerpo con otra
chica que será la nueva dueña de todas mis propiedades. Ella me miró
sorprendida, no entendía que nadie pudiera hacer regalos tan lujosos sin dudarlo.
Tan sólo alguien inmensamente rico y con dinero suficiente para comprar
cualquier cosa que deseara podría permitírselo. Y ella iba a perder la ocasión
de controlar ese dinero para comprarse un cuerpo aún mejor que el de Susana.
Cogió las
llaves y subió al coche, lo arrancó y me miró sonriendo.
- Acepto el cambio de
cuerpo, ahora tú eres Susana. Puedes irte con el Mercedes.
De repente
el mundo giró a mi alrededor. Se me cerraron los ojos y sentí como algo agarraba
mi alma y la sacaba de mi cuerpo. Cuando pude abrir de nuevo los ojos me costó
trabajo creer lo que estaba viendo. Las manos, las piernas y la chaqueta blanca
de Susana las estaba vistiendo yo. Yo podía controlar el cuerpo de Susana. YO ERA SUSANA. Miré mi reflejo en el
espejo retrovisor y le respondí.
-
No me marcho, el tiempo ha terminado. TIC, TAC, TIC, TAC
En ese
momento mi antiguo cuerpo cayó al suelo revolcándose con las manos en el vientre
mientras echaba por la boca una espuma roja que apestaba a sangre. Segundos
después mi antiguo cuerpo había fallecido con el cambiador dentro
Estuvo cerca
pensé. Yo había hecho mi fortuna con inversiones de riesgo. Y esta era otra
inversión de riesgo, Cuando llegó Susana tomé una cápsula de cianuro enriquecido
recubierta de una protección que se disolvía a los 30 minutos en el estómago.
El riesgo era grande, pero el premio era inmenso. Una operación de riesgo con
la que he ganado el cuerpo de Susana y no he perdido ninguna de mis
propiedades.
Mucho mejor buena cap :3
ResponderEliminarMe encanto esta historia, me gusta cuando terminan en cuerpos sexys, sigue por favor
ResponderEliminar