Esperaba que ella no lo fuera a hacer. No podía hacerlo. No
debía hacerlo. Pero allí estaba, sentada al borde del abismo dispuesta a
lanzarse.
-
No lo hagas le suplique llorando -No quiero hacerlo, pero me
está obligando, me respondió
Mateo y yo éramos una pareja feliz. Nos habíamos conocido
hacía más de 30 años y desde el primer instante supimos que nos amábamos. Y
desde aquel momento lo habíamos compartido todo, la riqueza y la pobreza, la
salud y la enfermedad, las penas y las alegrías y también habíamos compartido
los cuerpos. Porque los dos somos bodyhoppers. Como dos auténticos amantes preferíamos
siempre el bien de nuestro compañero sobre el propio. Y nuestra búsqueda se
centraba en buscar el cuerpo con el que nuestro compañero pudiera disfrutar más
del sexo cuando lo compartíamos. Habíamos conseguido que el sexo fuera la base
de nuestro amor y de nuestra felicidad. Nuestra unión había llegado a tal punto
que no concebía la posibilidad de seguir viviendo sin la compañía de Mateo y así
continuó hasta el desgraciado día en que conocimos a Marta. El día que
conocimos a la bellísima, pero trastornada Marta.
Mateo llevaba casi 5 semanas en el mismo cuerpo y necesitaba
cambiarlo. Estuvimos buscando alguno que me resultara sexualmente atractivo
cuando Marta se cruzó paseando a nuestro lado. Tan confiada, tan segura, tan
bella en su minúsculo vestido rojo y sus stilettos gigantescos. Vestía como una
puta, pero era tan elegante como la más sofisticada dama de la aristocracia.
Toda la gente giraba la cabeza a su paso y yo también lo hice. Inmediatamente
sentí el deseo de poseerla, de cambiar mi cuerpo con el suyo, pero no. Ese
cuerpo debería ser para Mateo y yo debería ser su amante. No necesité sugerírselo
a Mateo porque el me estaba sonriendo con la misma cara de deseo que tenía yo.
La seguimos durante media hora hasta que entró en el portal de su casa. Era la
oportunidad perfecta. La fuerza vital de Mateo abandonó su antiguo cuerpo y se
abalanzó sobre el de Marta. Normalmente se establece una batalla terrible entre
el espíritu del bodyhopper y el dueño del cuerpo que está siendo invadido, pero
esta vez no sucedió así. En muy pocos segundos Mateo tenía el completo control
del cuerpo de Marta sin haber tenido que luchar. El cuerpo de Marta me sonrió
con la mueca amorosa de Mateo, se acercó moviendo sus nuevas caderas con una
cadencia que Mateo nunca había tenido. Me agarró del pelo, acercó su boca a la
mía y me dio el beso más intenso que nunca había gozado en mi larga vida. Noté
como su lengua abría mis dientes, empujaba mi lengua, después tragaba mi saliva
y por último succionaba mi vida. Notaba como las energías se escapaban por mi
garganta mientras eran chupadas por Marta. Desesperada la empujé con las pocas fuerzas
que me quedaba hasta alejarla de mí. Pero ella seguía sonriendo, mientras se
pasaba el dorso de su mano izquierda por sus labios, como si intentara
limpiarse la mancha de crema de un pastel que acaba de comerse.
-
Sois maravillosos. Unos auténticos bodyhoppers.
Voy a absorver hasta la última gota de energía y poder.
No sabía que hacer, estaba horrorizada y asustada. El
corazón me palpitaba de forma alocada y temí por mi vida. El deseo de
supervivencia pudo más que mi amor por Mateo y me marché corriendo. Mientras huía
escuché como Mateo luchaba por controlar el cuerpo de Marta y me pedía que no me
fuera porque me necesitaba para luchar contra la presencia maligna de Marta.
Durante 7 días no supe nada de Mateo y tampoco de Marta.
Fueron días en lo que no pude dormir, me atosigada la sensación de pena y la
vergüenza por haber abandonado al hombre que más amaba en este mundo en el
momento en el que mas me necesitaba. No salía de casa y me quedaba en silencio
mirando el teléfono esperando que me llamara. Pero no sonó hasta esta mañana. Antes
del segundo timbrazo lo descolgué.
Buen caps. muy buen caps; de donde sacas esas ideas. Princesa Carmencita.
ResponderEliminarGracias Vane.
ResponderEliminarla verdad es que yo misma me sorprendo mientras voy escribiendo las caps. Nunca sé como van a terminar
Me interesa como vas a continuar la historia
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