Todo era perfecto hasta que llegó el día esperado, el día de mi decimoctavo cumpleaños. El día de mi mayoría de edad y cuando el cuerpo en el que nació Magda podría manejar legalmente las riquezas de mi antigua vida. Recuerdo que ese mismo día había tenido mi primer día de clases en la facultad de derecho y volvía a casa cuando sentí que no podía conectar con Magda en mi cuerpo.
No entendía lo que pasaba. Hasta que intuí lo que había
ocurrido. Magda no estaba desmayada, ni dormida, tampoco estaba intentando
engañarme. Magda había muerto en mi cuerpo. Por eso yo no podía retornar, el
cerebro de mi antiguo cuerpo estaba muerto y ya no respondía a las órdenes del implante
de mi cráneo.
Sin embargo, el emisor en mi antiguo cuerpo seguía activo y
emitiendo señales que eran captadas por el receptor en mi nuevo cuerpo. Mis
ojos se nublaron y no pude ver nada, porque los ojos del cadáver se habían opacado,
tampoco escuchaba. Pero sentía como mi cuerpo se encogía con el frío de la
muerte. Las sensaciones eran horrorosas, estaba notando como se pudrían mis
carnes y aún estaba vida. Intenté apagar el implante, pero no pude. En el emisor
no había ondas cerebrales activas que pudiera manipular para causar la desconexión.
Y seguía emitiendo sensaciones de podedumbre y corrupción. Me senté en
cuclillas en un rincón de la sala acolchada y empecé gritar socorro, aunque
sabía que nadie podía escucharme y nadie podría encontrar donde había escondido
esta sala.
Así estuve durante varios días, pero el implante en mi
antiguo cuerpo muerto seguía emitiendo. Y yo seguía notando como se licuaban
mis carnes y se desprendía las venas de mis huesos. Hasta que empecé a sentir
como los gusanos corrían por mi cuerpo y se alimentaban de mí. La sensación era
insufrible pero no podía hacer nada, estaba enterrada en una celda de 4x4
metros.
No podía soportar lo que me estaba pasando y rezaba para que
me llegar pronto la muerte. No me importaba que mi alma acabara en el infierno,
sólo quería que terminara este tormento.
Dicen que un cuerpo humano puede sobrevivir hasta 5 días sin
beber agua, yo aguanté hasta 7
Y al mismo tiempo que sentía el mordisco de las ratas en mi
antiguo cuerpo empecé a sufrir ía agonía por sed y hambre del cuerpo de Magda.
Pero aunque mi cerebro se estuviera pudriendo, mi conciencia seguía viviendo en
el implante. En pocas semanas terminaron las sensaciones de descomposición para
quedar tan sólo la nada mas absoluta, era tan grande la soledad que echaba de
menos a los gusanos y a las ratas que se habían comido mi cara. Porque yo no
podía morir mientras existiera el chip del implante.
Entonces recordé lo que me dijo el informático: “La pila de
plutonio está preparada para durar 10000 años” Hubiera querido gritar, pero ya
no tenía garganta, ni cuerdas vocales. Tampoco tenía cuerpo. Solo un chip, que
una vez fue un implante y que me iba a mantener conectada a la nada más
absoluta durante al menos 10000 años.
Me gusta la historia pero me ubiera gustado que fuera más larga
ResponderEliminarA mi también. El caso es que me ha costado bastante trabajo reducirla. Tenía escritos 14 folios de esta historia y me ha costado bastante reducirlos porque era una locura hacer una serie de 14 captions.
ResponderEliminarGRACIAS por el comentario
Me ha gustado mucho ka historia, peor no entendí mucho, sobrevivo como la na o también murió, además porque rayos se encerraría a si mismo
ResponderEliminarQue historia mas fuerte he impresionante, me encanta como hacen sufrir a niñas o adolescentes pero este final es de lo mas superfluo posible sigue asi
ResponderEliminarApenas la lei y creo que es de las historias mas hermosa que hay, me encanta tu trabajo, me inspira montones
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