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martes, 5 de marzo de 2019

Mundos paralelos (2 de 2)


Me encontraba en lo que parecía su dormitorio, estaba más desordenado que el de la Paula real. Pero reconocí su cama, sus muebles y los vaqueros y el sujetador negro que en ese momento yo estaba vistiendo. Pero algo era extraño, algo no funcionaba como esperaba.
En el espejo de la habitación seguía abierta la puerta dimensional por la que yo había entrado. Pero mirando a través de la puerta no podía ver el laboratorio del que provenía, tan sólo veía la habitación de mi hija en el otro mundo. Y de repente, ella entró, se quedó mirando el espejo como si pudiera verme y me dijo “Me has robado el cuerpo y aunque no te lo creas me has hecho un favor”
Entonces lo entendí todo. Mi alma había ocupado su cuerpo en esta dimensión, pero ella no había ocupado el mío en la otra, ella había ocupado el de mi hija Paula en la mía. Entonces ¿Dónde estaba el alma de mi hija? Sólo podía estar en un sitio, ocupando mi viejo cuerpo.
Paula volvió a hablarme “En esa dimensión ya no tenía futuro. Me gusta ver sufrir a la gente, he cometido decenas de asesinatos y la policía me persigue para sentarme en la silla eléctrica. Pero tu me has liberado de todos esos problemas” En ese momento cogió un cuchillo gigantesco que había sobre la mesa. “Me espera una vida maravillosa repleta de placeres sangrientos y sádicos y voy a comenzar por mi querido papaíto” Intenté pararla, y me abalancé hacia ella, pero choqué contra el cristal del espejo. No podía avanzar y Paula se reía. “Para ser tu quien ha creado la máquina del multiverso eres más idiota de lo que esperaba. Tú tienes la sensación de que sólo han pasado unos pocos minutos, pero yo llevo aquí semanas. He desmontado tu máquina para que no puedas volver y he estudiado sus planos para volver a montarla cuando quiera. Estás encerrado en ese mundo para lo que te queda de vida”
En ese momento tuve acceso a las memorias del cuerpo que ocupaba. Me dieron ganas de vomitar. Eran recuerdos de sangre y sufrimiento. Yo no quería esa vida, yo no quería tener instintos asesinos y sádicos y ahora los tenía. Era una persona vil y desalmada.
Escuché las sirenas de la policía en la calle, Sabían donde estaba y venían a por mí.
“Por cierto, avisé a la policía cuando vi que se abría el portal y me di cuenta que querías robarme el cuerpo. No iba a permitir que un idiota como tú se quedara con mi bello cuerpo por eso envié un mensaje a la policía diciendo que me iba a entregar y dónde me encontraba. Te espera la silla eléctrica, Paula”
Paula parecía disfrutar mientras me contaba todo esto y añadió: “Fue terrible cuando me encontré en tu mundo y dentro tu cuerpo viejo y achacoso, pero pensé que si tu portal servía para cambiar cuerpos entre dimensiones también debería servir para intercambiarlos sin que haya necesidad de un salto dimensional y funcionó. Le he quitado el cuerpo a tu hija y voy a usarlo para satisfacer mis instintos y cuando corra peligro o me canse de él volveré a robar otro cuerpo y luego otro y otro y otro y así hasta el fin de los tiempos. Me has dado la vida eterna y voy a premiarte descuartizando tu cuerpo, papaíto”


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