Yo me quedé en silencio mientras en mi mente imaginaba a mi
alma como una nube blanca dentro de mi cuerpo. Después imaginé a esa nube
blanca saliendo de mi cuerpo por cada uno de los poros de mi piel, por mi nariz
y por mi boca. Incluso sentía como un viento me atravesaba y se solidificaba
frente a mí.
Hace ya más de 3 años desde que José F, un mendigo de más de
50 años cambió de cuerpo con Jennifer F, una multimillonaria de más de poco más
de 28 años y esposa del alcalde su ciudad.
Yo le había pasado el medallón de Zulu a José, le expliqué cómo
funcionaba.
Sonia nunca fue una estudiante ejemplar. En lo único que
había destacado era en perder el tiempo y en no perderse ninguna fiesta de la
que oyera hablar. Pero había conseguido ser la estudiante más popular de todo
el colegio. Los chicos la deseaban y las chicas la envidiaban.
Durante meses había vigilados la casa De Lorna. Desde que
enfermó del “mal de los Bosques”
La enfermedad de Lorna había sido un acontecimiento terrible
en todo el pueblo. Lorna era la hija del hombre más rico e influyente de la
comarca. Además, era una chiquilla guapísima, de pelo rojo y ojos azul-verdosos
rebosante de encanto y alegría.
Hacía años que había encerrado el espíritu de Ana en el mundo de los espejos.
No
me había gustado hacerlo, pero era necesario para poder robar su
cuerpo. Desde entonces, no sólo había robado su cuerpo, también su vida y
su familia.
Fueron varios años de desenfreno y violencia salvaje. La
vida no tenía límites, podía hacer cualquier cosa, podía tener lo que quisiera
y podía matar a quien me apeteciera.