La gente piensa que soy rara, no les gusta mi forma de
vestir y pensar y les parecen extraños mis gustos. Creen que debería intentar parecerme
más a ellos.
Están equivocados, porque el mundo se divide en dos grandes
mitades: “YO Y EL RESTO DE LA HUMANIDAD”
Son ellos los que deberían cambiar, los que deberían
adaptarse a mi forma de ser, el mundo sería maravilloso si todos los seres
humanos fueran como Carmen Sanz.