Hoy derramé rosas por toda la cosa para recordar su olor.
Pero no pude.
Pinté la habitación con los colores del arco iris para recordar sus ojos.
Pero ni se parecían.
Coloqué cien jaulas de ruiseñores y 50 de canarios.
Pero no era su voz.
Cada vez me cuesta más trabajo acordarme de lo que fui. De lo que me robaron.
Tal vez nunca lo fui. Tal vez nunca me lo robaron.
Sólo cuando cierro los ojos, en esos efímeros instantes en los que no puedo escuchar nada, cuándo solo siento el olor del abandono. Es cuando sé que no soy yo, que este no es mi cuerpo, que alguien me robó la vida.
Al día siguiente vuelvo a perfumarme con rosas, a cantar como los pájaros y a llenar mis ojos con las lágrimas de lo que alguna vez pudo ser.
¿Hay alguno entre vosotros que no añore algo que no conoce, que no siente o que tal vez no ha vivido? ¿Hay algunos entre vosotros que esté seguro de que no le robaron el cuerpo?
Me gusta tu manera de pensar y estoy casi seguro que es mi cuerpo
ResponderEliminarGracias oswaldo.
EliminarEs muy dificil encontrar a alguien que crea que se ha hecho justicia con él/ella. Casi todos tenemos la sensación de que deberíamos haber nacido en otra parte o ser otra persona.