No recordaba como había llegado hasta allí. Pero allí
estaba, en frente de la puerta de la Iglesia vieja mirando las esquelas de los
recientemente fallecidos.
Seguramente debí levantarme temprano. Debí hacer mis ejercicios
matutinos, luego debí haberme desayunado y finalmente debía haber ido a la
facultad para seguir mis clases de derecho. Pero no recordaba nada, y estaba
aquí en frente de la iglesia, mirando las esquelas y sin recordar como había
llegado hasta allí. Todo era muy extraño, la faculta de Derecho estaba
precisamente en la dirección contraria, no comprendía como podía haberme desviado
tanto de mi camino.
De repente comenzaron a tocar a muerto las campanas de la
Iglesia y la gente comenzó a entrar al templo. Allí estaba mi padre, y mi
madre, mi querido hermano y mi hermana que llevaba de la mano a mi sobrinilla.
Todos iban vestidos de negro y con las caras muy serias. Después comenzaron a
entrar mis amigos y compañeros de estudio. No entendía nada. Ellos deberían
estar dando a clase en ese momento, porqué estaban aquí. ¿Qué había pasado?
Primero me acerqué a Ana que aun esperaba en el pórtico de
la Iglesia, pero no me había caso. Luego intenté hablar con Marta y Francisco,
pero parecía que no me escuchaban. Entré a la Iglesia y le pedí explicaciones a
mis padres, pero tampoco me atendían. Intenté agarrar a papá por el hombro,
pero mi mano era como de humo y atravesó su cuerpo.
Ya sabía lo que había pasado y salí corriendo a leer las
esquelas. No había muchas, pero me costó encontrarla. Allí estaba mi foto, en
una esquela, colgada en el mural de los muertos.
Supongo que debería haber sentido miedo y confusión. Pero no
las sentía, esos eran sentimientos humanos y ya no tenía un cuerpo humano. Sólo
era un espíritu descarnado vagando entre sus conocidos en su propio entierro.
No podía faltar a mi propio funeral, así que volví a entrar
a la Iglesia. Quería gritar: “ESTOY AQUÍ, AÚN SIGO
ENTRE VOSOTROS” Pero nadie podía verme, tampoco podían escucharme.
Me acerqué al banco de la familia, y resignada me senté al lado de mi madre.
Entonces sentí un extraño calor a mi lado, miré a mi derecha y allí estaba yo,
al menos estaba mi cuerpo llorando mientras mi padre la consolaba. “ESA NO SOY YO, ¿QUIÉN ES ESA PERSONA Y PORQUÉ TIENE MI
CUERPO?”
Me sentí mareada, desplazada, como si el mundo hubiera
girado a mi alrededor y se hubiera quedado del revés. Tenía que aclarar la duda
que empezaba a tener. Me acerqué al ataúd y miré dentro. Allí no estaba mi
cuerpo, era l cuerpo de un hombre de mas de 40 años.
Me dejaste igual dé confundido¿🤔?
ResponderEliminartal vez no te lo creas. Pero creo que esta serie es una de las mejores que he hecho.
ResponderEliminarPero, yo hago caps que me gusten a mi, no tiene porque gustar a los demás.
Pero, ya te digo, me parece una de las mejores series que he hecho.