Esta mañana creo que desperté.
Pero no podía moverme, tampoco podía abrir los ojos. Sólo
escuchaba un coro de voces femeninas que repetía: “Dios te salve
María, llena eres de gracia…”
Intentaba mover los brazos, pero no lo conseguía. Intenté gritar,
pero no podía. Un fuerte olor a cera derretida me llenaba los pulmones, si es
que estaba respirando.
El coro repetía: “Padre nuestro que estás en los
cielos…”
Escuchaba el sonido de pasos que se detenían frente a mí,
luego volvían a alejarse y otro sonido de pasos volvía a desfilar a mi lado.
Hasta que alguien se paró a mi lado, lo escuché llorar y
sentí la humedad de sus labios besándome en la frente. Entonces agradecí que no
palpitara mi corazón porque la voz que escuché lo hubiera destrozado. Porque
era mi propia voz, era la voz de Carmen Sanz.
El coro repetía: “Dios te salve María, llena eres
de gracia…”
Oía muchas voces, pero sólo escuchaba una, era la voz de
Carmen Sanz, que susurraba a mi oído: “Siento mucho lo que ha pasado, no quería que esto terminara
así, pero quería vivir y confiaba en el amor mi hijita. Estaba seguro que mi carmencita
sería capaz de hacer cualquier cosa para hacerme feliz, incluso de darme su
cuerpo y su vida para que yo viviera”
El coro repetía: “Padre nuestro que estás en los
cielos…”
“Sé que has sido una niña buena y que ibas a ir a los cielos.
Por eso te permití que me pusieras en mi dedo el anillo del cambio de cuerpos”
El coro repetía: “Dios te salve María, llena eres
de gracia…”
“No podía permitir que Satán perdiera el sacrificio que le
había prometido a cambio de tu cuerpo. Tú eres el alma maldita de nuestro aquelarre.
Ahora estás muerta, pero estarás a la derecha de la bestia y gobernarás junto a
él a vivos y difuntos. Bendita eres en el nombre de Satán por siempre. AMÉN”
El coro repetía: “Padre nuestro que estás en los
cielos y en los infiernos. Grandioso e imponente es tu Nombre…”
El coro repetía: “Dios te salve María, llena eres
de gracia de Satán. Salve Satanas, Salve Satanas,
Salve Satanas In nomine dei nostri satanas luciferi excelsi Potemtum
tuo mondi de Inferno…”
Una historia interesante
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