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martes, 25 de febrero de 2020

El Blog de la Nueva Carmen Sanz

Nunca quise piratear el blog de Carmen. No había motivos.
Sólo quería entender porque seguía haciendo captions, porqué seguía escribiendo en un blog que casi nadie lee y que a muy pocos le interesa.

Todo era básico en ese blog. Una presentación sencilla, una plantilla standard y un diseño plano.
Hasta la contraseña de la administradora era básica. Era tan ridícula que sentí vergüenza cuando la usé para acceder. En unos segundos me había hecho dueño del blog y había entrado como si fuera “carmencita Sanz” Dentro del blog, tampoco había nada destacable. Algunas historias a medio terminar, comentarios sin responder y un montón de basura en la papelera.
Lo único extraño era una historia con decenas de ediciones y sin publicar.  Hacía más de un año que había sido escrita y mirando el rating de lecturas y entradas era evidente que Carmen la releía todos los días. Era demasiado extraño. Y yo soy muy curioso. Así que la cargué y me puse a leer.
Como en casi todas sus caps, la historia hablaba de ella misma, de lo mal que lo está pasando y de sus temores personales. Como había ingresado con el nick de Carmen sentí la necesidad de añadir una nueva línea para animarla. Y así lo intenté, durante horas estuve pensando la frase perfecta. Pero ninguna de las que escribía me gustaba Había estropeado la historia. Así que borré el relato por completo y comencé a reescribirla. Durante el resto del día estuve intentando construir una historia coherente. Pero fui incapaz. Me dolían los ojos, estaba cansado e incluso llegaba a ver mis dedos rojos, como si tuviera las uñas pintadas. Así que apagué el ordenador y me fui a tomar una copa.
Pasé poco rato fuera. Seguía sintiendo malestar por haber destruido la cap secreta de Carmen.  Así que volví a encender mi pc y volví a ingresar al blog con el nick de Carmen. Pulsé en editar y volví a escribir la historia contando la vida de carmencita. Mientras pulsaba en mi teclado sentía como rápidamente me identificaba con los sufrimientos de Carmen. Sus temores a que le robaran el cuerpo y como al final siempre se lo quitaban en sus historias. Era emocionante pensar en lo que ella padecía, en los asuntos que la hacían alegrarse o sufrir y me palpitaba más fuerte el corazón porque estaba sintiendo lo mismo que ella sentía cuando escribía sus caps.
No tenía mucho tiempo, pensaba que Carmen estaba a punto de llegar y me iba a encontrar identificado en su blog como Carmen Sanz. Pero no quería abandonar mi trabajo me sentía tan identificado en el relato como si fuera ella. Me sudaba el pelo que se deslizaba por mi frente hasta taparme los ojos, lo sentía húmedo contra mi cuello y notaba como golpeaba en mis espaldas. Me dolían los pies y me quité los zapatos de tacón para que no me distrajeran de mi trabajo.
Tecleaba desesperado, hipnotizado por mis nuevos sentimientos. Por la agonía viciosa que transmitía Carmen en sus historias y que ahora llenaba mi cuerpo y palpitaba en mis carnes.
Estaba la historia a punto de terminar. Había pensado en un buen final. Carmen había perdido su cuerpo y ni siquiera se había dado cuenta. Así que firmé la historia y la publiqué con el nick de “carmencita Sanz”
Satisfecho sonreí y me tumbé sobre el respaldo del sillón de Carmen.

Y sólo entonces me di cuenta. Tanía el pelo largo y sudado de Carmen Sanz, sus zapatos de tacón y sus dedos pintados de rojo. Y además estaba sentada en un sillón, en una habitación y frente a un pc que no era el mío.
Sabía lo que iba a encontrar y de todas formas me miré en el espejo. Me había convertido en Carmen Sanz. YO ERA CARMEN SANZ porque yo había terminado su historia. Volví a mirar en su blog y aunque había publicado la caption, allí seguía el borrador y sin fecha de finalización. Y entonces entendí lo que pasaba. El blog de Carmen Sanz está abierto a que TODOS puedan terminar su relato, a que todos puedan publicarla y a que todos puedan ser Carmen Sanz.


2 comentarios:

  1. Hora le yo también puedo ser Carmen seria muy interesante

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  2. ¿Y cómo sabes que no lo eres?
    Es más, yo soy Oswaldo cada vez que te leo.
    Estás a un sólo paso, al simple detalle de escribir en mi blog para destrozar tu vida y convertirte en carmen Sanz.

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