Aún podía tirar la copa y huir. Podía vaciarla y pedir ayuda. Pero no lo iba a hacer.
El chantaje era abominable. Mark estaba aprovechándose de
mis problemas económicos para robar mi cuerpo y mi vida.
Hace tan sólo una semana, Mark me ofreció intercambiar
nuestros cuerpos. Lo único que tenía que hacer era beber una copa de champagne
mezclada con la “droga del cambio” mientras él tomaba otra copa con la misma
mezcla. De esa forma intercambiaríamos nuestros cuerpos. Yo estaría en el
cuerpo anciano de Mark, pero, a cambio, tendría acceso a su fortuna y a sus
cuentas bancarias y él estaría en mi cuerpo joven y bello y podría comenzar una
nueva vida.
No soy la rubia tonta que él se imagina. No me va a engañar,
soy más lista que él.
El sabor era horrible, noté mareos y nauseas, no pude
soportar el malestar y dejé caer la copa al suelo. Sin fuerzas doblé las
rodillas y cerré los ojos. Esperé unos segundos y los volví a abrir, de nuevo
estaba en pie con la copa en la mano, subido en los tacones de Laura y mirando
a mi viejo y patético cuerpo arrodillado en el suelo frente a mí. Lo había
conseguido, había cambiado de cuerpo con Laura.
El canalla ha cambiado de cuerpo conmigo. La sensación es
horrible. Este cuerpo es muy viejo, me duelen los huesos y la vista me falla.
Estoy en el suelo y miro a mi antiguo cuerpo sonreír con satisfacción. Me
cuesta trabajo levantarme, el cuerpo de Mark tiene muy pocas fuerzas. Pero lo
hago. Es el momento de llevar a cabo mi plan.
Intentando no mostrar mi intranquilidad grito el nombre de
mi novio. Luca abrió la puerta con una gran patada y entró a la habitación. Le
cuento que ya hemos realizado el cambio de cuerpo. Que soy Laura y estoy atrapada
en el cuerpo de Mark. Le pido que detenga a Mark antes de que intente escapar.
Mi estancia en este cuerpo decrépito iba a durar tan sólo unos días. Hasta que yo
pudiera vaciar las cuentas bancarias de Mark, llevar el dinero a lugar seguro y
entonces volver a usar las drogas del cambio para regresar a mi antiguo cuerpo
y disfrutar junto a mi novio de una vida lujosa y sin problemas económicas.
Sonreí pensando en lo bien que habían ido mis planes cuando le pedí a Luca que
agarrara a mi antiguo cuerpo y lo encadenara hasta que pudiera volver a estar
en él.
Luca se acercó lentamente. Tenía un aspecto terrible. Un
hombre de poco más de 30 años con el cuerpo de un atleta y la mirada de un
asesino. Me agarró con el brazo izquierdo y tirando con fuerza me acercó hacia
él, puso su mano derecha sobre mi nuca y abrió la boca terrible en un gesto de
morderme.
Entonces me besó. Era el beso más intenso y satisfactorio
que me habían dado en toda mi vida. Era mi primer beso como mujer. Durante un
par de minutos jugué con la lengua de Luca en mi boca e intercambié su saliva
con la mía. Después separé mis nuevos labios de los suyos y miré detenidamente
a Laura en mi cuerpo. La veía temblar de miedo, estaba claro que ella no
entendía nada. “Ayer pacté con Luca. Tú nunca le has dado lo que él quería. Yo
se lo voy a dar todo. Le voy a enseñar a disfrutar los placeres prohibidos.
Por el dinero, no te preocupes, hace tiempo que no hay
propiedades a nombre de Mark, todo está en paraísos fiscales y sólo yo conozco
los números de cuenta y las contraseñas. Si Luca quiere disfrutar de los lujos
de mi dinero tendrá que ser mi fiel esposo y un amante obediente”
No sabía que decir. Me quedé congelada en este cuerpo torpe,
viejo y cansado, mientras veía como mi viejo cuerpo volvía a besar a Luca. Quería
gritar, llorar, pedir auxilio, pero sabía que todo era inútil. Había perdido mi
cuerpo, mi vida y a mi amante, para siempre.
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