Tengo que confesar que no soy una buena estudiante. Siempre me ha costado bastante trabajo aprobar las asignaturas para pasar de curso. Pero este año las cosas se me han complicado más de la cuenta. No es fácil tener tiempo para estudiar cuándo eres la chica más guapa del Instituto, Me invitan a todas las fiestas y encima tenía de novio al capitán del equipo de futbol y tenía que acompañarlo en sus viajes.
Así que cuándo mi hermano me ofreció pasar el examen de
matemáticas en mi cuerpo me pareció una idea fantástica. Mi hermano es el
empollón de la clase, no es un chico guapo, tampoco es popular, pero consigue
aprobar todas las asignaturas sin problema ninguno.
Hace una semana, Dani había encontrado los “anillos del
cambio” en una subasta callejera camuflados con baratijas de todo tipo. Me dijo
cómo funcionaban y me avisó que “muy pronto podrían ayudarnos” Yo acepté a cambiar
de cuerpo, pero como medida de seguridad sería yo quien guardara los anillos. Y
los guardé en el falso fondo de un cajón en la librería. Ese escondite sólo lo
conocía yo y jamás podría encontrarlo Dani.
Dado que el examen era hoy por la mañana, Dani y yo
decidimos usar “los anillos del cambio” para intercambiar de cuerpo ayer por la
noche. Así lo hicimos y cuando estuve a solas escondí los anillos en el falso
fondo del cajón. Me marché a dormir en el cuerpo de Dani, mientras tanto, mi
hermano dedicaba toda la noche para estudiar en mi cuerpo. Al día siguiente me
levanté pasadas las 10 de la mañana y marché hacia el instituto dónde Dani
debería estar haciendo mi examen. No me apetecía asistir a las clases de Dani,
así que me fui a la cafetería con los amigos de mí hermano. Cuando pasaba media
hora del final del examen volví a casa. Allí debería estar mi hermano,
descansando y preparado para que volviéramos a nuestro propio cuerpo.
Cuando llegué encontré a Dani en mi cuerpo semidesnudo tumbado
en el suelo con, Marc Petrus, el capitán del equipo de futbol encima suya.
-Pero Dani ¿Qué has hecho?
- He hecho maravillas… y además he aprobado el examen. Escuché decir
a una voz jadeante que salía entre las dos bocas que en ese momento se besaban.
Me costaba creerlo. Mi hermanito querido estaba fallándose a
mi antiguo novio en mi cuerpo. Tenía que pararlos y para eso debía recuperar lo
que me pertenecía. Abrí el cajón donde había guardado “los anillos del cambio”,
por suerte, allí estaban y los agarré. Me iba a dar un ataque de nervios de tanto
escuchar como jadeaban. Así que me di toda la prisa que pude, me puse un anillo
en mi mano izquierda, me agaché y cogí la mano izquierda de mi antiguo cuerpo. Ella gritó y se quejó cuando la obligué a
soltar los genitales del futbolista y le puse el anillo en uno de sus dedos.
Esperé unos segundos a que se produjera el cambio.
Pero nada pasó.
Los dos cuerpos que habían estado abrazándose se dieron la
vuelta y Marc me agarró del brazo, me lo retorció y me quitó el anillo que
estaba en mi dedo. Mientras tanto, mi antiguo cuerpo también se quitaba el
anillo de su dedo y se lo daba a Marc.
-
“Es mucho más tonta de lo que dijiste” dijo mi antiguo
cuerpo.
Marc sonrió, me miro a los ojos y me dijo:
- “No puedes volver a tu cuerpo porque ella no
es tu hermanito. Yo soy Dani. Siempre había querido ser grande y fuerte como el
capitán del equipo de futbol y como daba la casualidad de que Marc quería ser
mujer fue fácil ponernos de acuerdo y cambiar de cuerpo”
- ¿Y cómo sabías dónde estaban los anillos?
- Es verdad que eres más tonta de lo que pensaba. Tenía tu
cuerpo, por lo tanto, tenía tu cerebro y con tu cerebro también tenía todos tus
recuerdos. Y utilizando tus recuerdos supe que abandonaste a Marc cuando
descubriste que era homosexual y deseaba ser mujer. Lo llamé y acordamos un cambio
de cuerpo temporal, que después de esta maravillosa sesión de sexo creo que va
a ser permanente. ¿Estás de acuerdo querida?
- Por supuesto. Es lo ideal, el capitán del equipo de futbol
con la chica más guapa del Instituto.
Tras oir esto Marc guardó los anillos en su bolsillo. Agarró
por el cuello a su novia y la volvió a besar.
Sabía que había perdido. Así que abrí la puerta y me fui, no
quería que además de robarme mi cuerpo me humillaran. Tal vez en el futuro
pudiera conseguir los anillos y recuperar mi viejo cuerpo.
TAL VEZ.
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