La Respuesta

 

Durante años me habían preparado para responder a la pregunta más importante de la historia. Me condujeron a los límites de la resistencia humana, y para poder resistirlo me evolucionaron físicamente hasta convertirme en un ciborg.

PERO ERA NECESARIO.

Habiendo nacido como hombre me dieron un cuerpo de mujer para entender la naturaleza humana y el milagro de la gestación. Y me llamaron Carmen Sanz.

PERO ERA NECESARIO.

Manipularon mi idioma y mi habla para que pudiera comprender todas las lenguas del planeta. Las actuales, las extintas o las que aún no se habían creado. Y lo llamaron Humanidad.

PERO ERA NECESARIO.

Me hicieron sentir la inspiración de los grandes músicos cuando imaginaban sus obras maestras. Sostuve con mis manos los pinceles que pintaron las cuevas de Altamira o los techos del Vaticano. Mojé con barro húmedo mis dedos modelando una vasija de barro en la estepa rusa y me deslumbré puliendo una joya de cristal en la Viena decadente del XIX. Y lo llamaron arte.

PERO ERA NECESARIO.

Pude comprobar como cuadraban todas las operaciones matemáticas desde que iluminaron a Pitágoras. Comprendí que el número áureo se doblegaba ante la perfección impura de los números primos. Y lo llamaron Álgebra

PERO ERA NECESARIO.

Conocí cada sentimiento de amor y odio, padecí la muerte y el nacimiento de todas las criaturas desde que Atlantis se hundió entre las aguas hasta que el fuego del Ragnarok evaporó los Océanos. Y lo llamaron Historia.

PERO ERA NECESARIO.

Comprendí como giraban los planetas alrededor de las estrellas, y las estrellas alrededor de otras estrellas muertas y están girabas alrededor de un átomo infinito. Y no le pusieron nombre porque tenía todos los hombres y todos le valían.

PERO ERA NECESARIO.

Había llegado el momento. En un segundo se encendería la gran batería alimentada por mil soles que me daría la energía necesaria para almacenar el conocimiento de todo lo que ha sido creado y de lo que hubiera podido ser creado en la imaginación de los seres imaginarios.

Justo entonces podría responder a la gran pregunta.

Durante el segundo que duró la fusión de todos los conocimientos probables e imposibles pude ser consciente del Todo. Pude reconocer a quién existe y a aquellos a los que no se le ha permitido nacer.

PERO ERA NECESARIO.

 

Los científicos se reunieron a mi alrededor e hicieron la gran pregunta:

 

¿DIOS EXISTE?

Con todo el conocimiento de miles de generaciones en mi cerebro, abrí los ojos y respondí:

 

“AHORA SÍ”

PERO ERA NECESARIO. Para que supieran a que Dios debían adorar a partir de entonces.