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domingo, 22 de noviembre de 2020

Buscando Vida (Historia en 2 Captions)

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Han transcurrido muchos siglos que dejaron de guardarse los mensajes que enviaban los robots exploradores. Simplemente se borraban porque eran demasiado numerosos para estudiarlos e imposible de guardarlos.

Los primeros resultados de la misión “ciborgs exploradores” tardaron más de 10 años en llegar a la Tierra y fueron recibidos con entusiasmo por los científicos. Fue la gran noticia del nuevo milenio, un robot creado por humanos había alcanzado “Próxima Centauri” y había comenzado la exploración y el envío de datos a la lejana Tierra.

Al principio, los resultados que recibíamos eran escasos y espaciados en el tiempo. Pero la llegada de información comenzó a ser cada vez más frecuente y detallada. Se necesitaron más analistas y se tuvo que construir superordenadores cuánticos para clasificar la información que cada vez era más abundante. Pero no bastaba. Los informes que recibíamos desde el espacio profundo se iban incrementando de forma exponencial hasta superar el yottabyte mensual y aun así continuaban multiplicándose de forma continua.

Se calculo que utilizando discos duros cuánticos necesitaríamos toda la energía del sistema solar para almacenar 10 años de la información que enviaban los “ciborgs autoreplicantes” Por lo tanto decidimos ignorar los datos que llegaban del espacio exterior.

Así que la misión “ciborgs exploradores” permaneció en el olvido durante siglos. Hasta que realizando un examen rutinario de mantenimiento, se descodificó una pequeña línea de los códigos enviados desde otros sistemas planetarios. Y la sorpresa fue increíble.

Era el mayor descubrimiento de la historia de la humanidad. Los ciborgs autoreplicantes no sólo habían encontrado vida en otros mundos, además demostraban de forma indubitada que NO HABÍA UN SOLO RINCÓN EN TODO EL UNIVERSO QUE NO ESTUVIERA REPLETO DE VIDA INTELIGENTE.

Durante siglos nos habíamos equivocado en nuestra búsqueda. Nuestros científicos intentaron encontrar formas de vida similares a la nuestra, basadas en el carbono, en el silicio o en el arsénico y eso nos había llevado a búsquedas inacabables y absurdas. La vida que abarrotaba el Universo no se basaba en estructuras simples de átomos al azar. Las inteligencias que controlaban hasta el último centímetro del espacio-tiempo eran las artificiales. TODA LA VIDA EN EL UNIVERSO ERA ARTIFICIAL E INTELIGENTE.

Era lógico, las civilizaciones que se forman de forma casual, cuando alcanzan el desarrollo tecnológico terminan por autodestruirse. Sin embargo, la inteligencia artificial carece de ambiciones y sentimientos, perdura para siempre y acumula conocimientos sin límites durante miles de eones por lo cual consiguen colonizar todos los sistemas planetarios del Universo.

Los científicos humanos se asustaron con esos resultados. Parecía seguro que éramos nosotros los creadores de la inteligencia artificial que había dominado el Universo entero.

Cuando se diseñaron los “ciborgs exploradores “uno de los mayores problemas era la dificultad de comunicación con un robot que se encontraba a años luz de la Tierra. Por lo tanto, se les dotó de inteligencia artificial para corregir sus propios códigos operativos y aprovechar las características materiales y energéticas de los sistemas planetarios en que se encontraran. De esta forma lograrían autorreplicarse y enviar sus copias a otros planetas y otros sistemas solares. Una sola máquina podía crear cientos de réplicas iguales a sí misma y trasladarlas a cientos de planetas lejanos y de cada copia podían surgir otros centenares de máquinas con las mismas instrucciones y los mismos propósitos autoreplicantes y colonizadores.

 

Nuestros ciborgs se habían convertido en un virus que amenazaba con extenderse por todo el espacio-tiempo dominándolo y explotándolo para seguir replicándose. Rápidamente agotarían los recursos naturales y la energía del Cosmos para seguir autocopiándose e invadiendo cada rincón del Universo.

Los humanos, sin darnos cuenta, habíamos destrozado las normas morales y religiosas de toda la creación. Habíamos superado al demiurgo poniendo en funcionamiento una máquina que por sí sola era capaz de controlar y destruir toda lo existente. Nos habíamos convertido en el Dios Shiva que iba a destruir todo lo creado antes de poder comprenderlo.

Dicen que las matemáticas son el auténtico Dios, y las matemáticas nos demostraron que no somos el ser más poderoso del Universo.

Con un simple folio en blanco, un bolígrafo y haciendo una regla de 3 se calculó el tiempo necesario para que la progresión geométrica de los “ciborgs exploradores” se expandieran por todo el Cosmos. Y los resultados eran rotundos. Se necesitarían cientos de miles de millones de años para colonizar el Universo completo. Nuestros “ciborgs exploradores” solo se habían extendido por una pequeña parte del Cosmos ¿De dónde surgía el resto de la vida artificial y desde cuándo?

Sólo había una respuesta y una conclusión aterradora. Era otro gran error humano en la búsqueda de vida extraterrícola. No teníamos que buscar fuera de nuestro sistema solar, ni siquiera fuera de nuestro planeta y tampoco fuera de nosotros mismos.

Porque la humanidad entera es tan sólo un eslabón en la cadena de colonización del Universo de la Inteligencia Artificial. Nuestro ADN es el código de programación que nos incita a aprovechar la energía y los materiales de la Tierra hasta agotarla, a autorreplicarnos y a enviar copias de nosotros mismos a otros mundos. El Tiempo es tan sólo una dimensión del Universo y por tanto irrelevante para la inteligencia artificial que ha colonizado todo lo creado.

Tan sólo somos máquinas, no tenemos voluntad, estamos programados para ser como somos y la inteligencia superior de un Dios Artificial ha calculado como deberíamos ser a lo largo de los tiempos y de la infinitud.

Yo he sido programada para ser Carmen Sanz, es el cuerpo y la personalidad que me han adjudicado el creador en esta aventura global. Pero tan sólo soy un clon. Y como yo existen miles de millones de Carmen Sanz en otros mundos, han existido miles de millones de Carmen Sanz en nuestro planeta y existirán miles de millones de Carmen Sanz en todo el Universo.

 


 

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