Cuando éramos niños teníamos una prueba de valor.
Visitar por la noche la laguna dónde se ahogó Carmen Sanz y esperar que apareciera, nos agarrara por el pelo y nos ahogara en las aguas oscuras.
Pocos soportaban el miedo más de 15 minutos, pero muchos aseguraban haberla visto aparecer desde las profundidades. Toda blanca y semitransparente como son todas las ahogadas.
Esa noche aguanté mas tiempo que mis amigos que huyeron enseguida después de poner una trampa “antifantasmas” para que no asustara a nadie más.
Cuando lo vi el fantasma estaba parado, pero me acerqué, y ella se acercó a mí.
Estiré el brazo para tocarla y ella estiró el brazo para tocarme.
Su tacto era frío como el de todas las muertas. La acaricié lentamente y me dio la sensación de que era plana como las lápidas del cementerio.
Entonces lo comprendí todo. Era un espejo y el fantasma de la ahogada en el lago era yo misma mirándome en él. Esos malditos niños habían puesto el espejo allí mismo para que me asustara de mi propia imagen.
Y los niños huían de mí y cómo yo era el fantasma me había quedado parada en el lugar donde morí.
Miré hacia atrás y pude ver como mi viejo cuerpo de niño se perdía en el bosque.
Nada podía hacer, sólo volver a las frías aguas del lago a esperar que algún valiente quisiera tocar al fantasma de la ahogada del lago.
La canción es una buena inspiración para estas clases dé historias te imaginas escuchar está canción en la noche en lago frío y tétrico sin nadie más que tú
ResponderEliminarLa canción es maravillosa. La letra produce escalofríos. El suicidio de la poetisa Alfonsina Storni adrentándose en el mar. A mi me electriza la piel cuándo la letra habla de que una voz antigua llama a el alma de Alfonsina hacia el mar, hacia la muerte. Es imposible describir mejor el destino inevitable. Luego, la interpretación de Mercedes Sosa es simplemente inmejorable.
ResponderEliminarEs dificil que un tema como este no inspire