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lunes, 14 de febrero de 2022

Tenía que hacerlo

 Una Cap para celebrar el día de los enamorados.


No podía creer la suerte que tenía.

Carmen, lo tenía todo, era guapa, una swapper poderosa y mucho más joven que yo.

Y a pesar de todo, siempre me dijo que me amaba y que haría cualquier cosa para que yo fuera feliz.

La gente tampoco podía creer que alguien tan perfecta como Carmen estuviera dispuesta a dar todo por alguien tan insignificante como yo.

Por eso me decidí a probar si decía la verdad.

Lo preparé todo, me desnudé, me encadené a la pared y tiré lejos la llave del candado. Cuando escuché el ruido del motor de su carro aparcando a la puerta de mi casa disolví 2 pastillas en el café y me lo tomé de un solo trago. Era tan amargo que el azúcar apenas disimulaba su mal sabor.

Carmen entró a la habitación y se le abrió la boca de asombro cuando me vio encadenado a la pared. Recogió los envoltorios de las pastillas del suelo. Los observó detenidamente y olió el vaso de café. ¿Qué es esto? Preguntó alarmada.

“Estricnina” respondí tranquilamente. “Acabo de beber 2 tabletas disueltas en el café, apenas me quedan 15 minutos de vida. He esperado que vinieras para comprobar si ibas a cumplir tu promesa de hacer cualquier cosa por mí. Es el momento de que cumplas tu palabra. La única forma de que siga vivo es que cambiemos de cuerpo y seas tú la que muera en el mío. SÓLO TIENES QUE DESEARLO Y SUCEDERÁ. También debes dar permiso a mi espíritu para ocupar tu cuerpo y cambiaremos.

Carmen corrió a mi lado, tiró de las cadenas, intentó arrancarlas de la pared, me besó en la boca y me preguntó dónde estaba la llave.

Le respondí que no lo sabía, que apenas podía mantenerme despierto y que pronto moriría. Le volví a recordar su promesa y que una swapper siempre debe cumplir con su palabra.

Carmen pareció entender la trampa que le había tendido. De todas formas, respondió: “Una promesa es siempre una promesa y el honor nos compromete para siempre. TIENES MI PERMISO PARA OCUPAR MI CUERPO”

Cerró los ojos, se sentó en el suelo y pude ver como temblaba su cuerpo entero como si un gigante invisible lo sacudiera. Yo también comencé a temblar, notaba como mi espíritu se separaba de mi cuerpo. También cerré mis ojos mientras sonreía.

Cuando volví a abrirlos estaba sentada frente a un hombre patético encadenado a la pared.

“Me has engañado” gritó Carmen desde mi cuerpo de viejo incapaz de moverse

“Por supuesto que lo he hechole respondí. “Esas pastillas no son de estricnina, tan sólo unas simples tabletas de sacarina. Vas a vivir muchos años atadas a ese muro y satisfaciendo mis nuevas necesidades de mujer.

Porque no te voy a matar. Te amo demasiado para hacerte daño y te quiero demasiado para liberarte y permitir que te vayas. Vas a estar encadenado a esa pared hasta el fin de tus días. Pero todos los días te visitaré, ter besaré en la boca y te montaré cuando necesite sexo.

Te quiero demasiado para matarte”

 

4 comentarios:

  1. Buena historia como siempre y feliz San Valentín 😍😘

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    1. Gracias Oswaldo.
      Y aunque sea con retraso te deseo un San Valentín tan intenso como te mereces

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  2. No debería haberlo hecho, nadie tendría que estar dispuesto a sacrificarse así por otra, persona

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    Respuestas
    1. Gracias por el comentario Juan Carlos, pero siempre hay gente que se sacrifica por los demás. No es mi caso porque yo lo hago porque me encanta escribir, pero hay multitud de escritores en blogs que hacen su trabajo sin esperar ninguna recompensa

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