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martes, 15 de septiembre de 2020

Entre las Sombras

Me dijo: “Existe una gran guerra entre el bien y el mal. La Tierra es el campo de batalla y los humanos somos sus víctimas. VIGILA LAS SOMBRAS” Me agarró de la mano y tirando de ella me arrastró hasta el sótano. Se paró frente a la puerta cerrada y me comentó que no debía entrar, que tan sólo YO estaba capacitada para detener al espía de las tinieblas que vive en nuestro edificio. “Al fondo de la habitación, enclavada en la pared está la ventana al inframundo. Es el único sitio donde puedes descubrir quién es el espía, porque tiene que cruzarlo para volver al infierno del que procede”

No entendía por qué me habían elegido a mí, pero lo habían hecho, y la responsabilidad era mía. Debía descubrir al monstruo de otro mundo que había tomado forma humana y nos espiaba para destruirnos.
Cuando entré a la habitación no me atreví a encender la bombilla que colgaba del techo por temor a que me descubriera. Debía vigilar a las sombras, pero para ello debía hacerlo en la oscuridad, donde no pudiera verme. Me agaché y me escondí detrás del gran sofá. Allí permanecí durante varios días, sin hacer ruido, sin moverme, casi sin respirar mientras miraba fijamente a la gran ventana que aparecía tan oscura como las tinieblas que escondía.
Lentamente transcurrió esa noche, y el día siguiente y otra noche y otro día más.

Pero nada sucedía. El espía infiltrado no usaba la ventana para acceder a su mundo, y tampoco entraba en el edificio. Un mensaje en el celular me alertó de que ya estaba en la habitación, pero no podía verlo, tampoco conseguía escucharlo. Estaba horrorizada, No me había dado cuenta de nada, pero estaba sola e indefensa frente a ser horrible y monstruoso y ni siquiera sabía dónde estaba.
Entonces un pensamiento cruzó mi mente “Es sombra y por eso no puedo verlo entre las sombras” Palpé en la pared hasta que encontré el interruptor y encendí la bombilla. La habitación se llenó de luz purificadora, aunque allí no había nadie. Pero la gran ventana se había iluminado y reflejaba un gran chorro de luz “he fallado en mi misión, el monstruo ha cruzado el portal” pensé. Y corrí hacia la gran ventana. Y allí pude contemplarlo dentro del portal. Con la luz él también me había descubierto, y me observaba con la misma mirada de terror que yo tenía en ese momento. Era un ser horroroso, deforme y contrahecho, pero en lugar de asco o repulsión me daba pena. Temía que lo pudiera dañar, que lo apresase o lo matase. Ese demonio estaba aterrado, quería tranquilizarlo y alargué mi mano para tocarlo. Debimos pensar lo mismo porque él también alargó la suya. Nuestros dedos se acercaron hasta que pude tocar los suyos. Su tacto era frío como la muerte y liso como la piedra mejor pulida. No podía dejar de dejar de mirar su cara de asombro. La misma que tenía yo cuando comencé a mover mi mano por la superficie.
Entonces lo comprendí todo.
No era una ventana, era un maldito espejo y ese ser monstruoso era yo misma reflejada en el cristal. Yo era la infiltrada que había robado un cuerpo humano para espiar a los humanos.
Por eso era la única que podía encontrarlo, por eso me habían encerrado en las tinieblas de la habitación, por eso la luz había revelado mi auténtico ser.
La puerta de la habitación se volvió a abrir y entraron los malvados seres de luz para apresarme.
Me atarían y me llevarían presa para torturarme. Ya no volvería a ser una criatura de las sombras.
Entonces volví a comprender. No por pertenecer al bando de la luz son seres buenos y benignos. Nosotros los nacidos entre las sombras somo los beneficiosos y los que ayudan a los humanos.
Me arrastraban fuera de la habitación cuando noté que me sangraban los ojos con la luz del amanecer.


4 comentarios:

  1. Me gusta la historia solo que en esta ocasión fue algo obvio quien era el espía pero todo bien

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    Respuestas
    1. Gracias por la opinión Oswaldo por la crítica sincera, es la que más agradezco.
      Pero en este cap no intentaba crear un misterio sobre quién es el espía. Estoy de acuerdo contigo en que era un misterio muy poco misterioso.
      Mi idea era intentar mostrar lo difícil que es juzgar a la gente. Y que la mayoría de las veces nos creemos mejores que los demás sin serlo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Es difícil distinguir a los malos de los buenos, sobre todo en Buna guerra, porque para ganarla deben hacerse cosas malas

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