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sábado, 12 de octubre de 2019

La Máscara de Afrodita


Me sentía agotado. Pensaba que no merecía la pena seguir buscando.
Había malgastado más de cinco años recorriendo el país de arriba a abajo. Había visitado, ciudades, pueblos y aldeas. Había estado en bares, bibliotecas y mercados. Había preguntado a conocidos y extraños. Y todo había sido inútil.

Desengañado, me senté en el último banco, del ultimo parque, del último lugar visitable. Había llegado el momento en el que debía pensar cómo abandonar la búsqueda y qué hacer con el maravilloso regalo que guardaba en el bolsillo de mi abrigo y que ya no podría entregar.
Después de tantos kilómetros recorridos y de tanto tiempo perdido me sentía desengañado. No existía nadie digno de ser la dueña de la máscara de Afrodita. Había resultado imposible encontrar alguna mujer que fuera lo suficientemente honrada, constante, trabajadora y desprendida para vestir la “Máscara de Afrodita” y convertirse en la mujer más bella del planeta.
Con lágrimas en los ojos extraje la máscara del bolsillo y mirándola fijamente recé a la diosa Afrodita para que me mostrara a la mujer que debería vestirla.
¡¡ Había trabajado tanto para encontrar la mujer perfecta!! y no la había conseguido, que la frustración me hizo llorar de forma desesperada. Las lágrimas cayeron sobre los ojos de la máscara y entonces la diosa Afrodita respondió a mis ruegos y me indicó quién era la mujer que debía vestir su máscara.
Sobre las gotas de lagrimas pude ver mi rostro reflejado en la “Máscara de Afrodita”.  Yo era la mujer que había buscado durante tantos años. Por eso nunca había podido encontrarla. Porque la estaba buscando recorriendo el mundo y debería haberlo hecho buscando en mi alma.
Porque yo tenía un alma femenina y lo había demostrado. Era desprendida al querer regalar esa máscara tan maravillosa, era constante por haberla buscado durante tantos años, era trabajadora por no haber abandonado la búsqueda y era honrada por llorar al no poder encontrar a la persona que buscaba.

Pero, ya no debía buscarla más. Yo mismo era la mujer que tanto había buscado. Así que lentamente me puse la “Máscara de Afrodita” sobre mi propia cara y noté como mi cuerpo se transformaba. Sentí que en pocos instantes mi alma femenina tendría el cuerpo que se había ganado con la búsqueda.

3 comentarios:

  1. Una historia buena y tranquila me encanta que tus historias no se vayan por el camino convencional

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  2. Gracias por el comentario Oswaldo.

    Yo escribo lo que a mi me gusta y de la forma que a mi me gusta. Me interesa sobre todo estar contenta con el resultado cuando publico una cap aunque no le gusta a los lectores habituales de caps TG.
    Y eso es lo que me suele pasar, a los lectores de caps no le gusta mi estilo, buscan mas sensaciones y menos historias, también se guían por imágenes que sean muy sexys.
    Nada de eso suelen tener mis caps, pero me gustan a mi y a un puñado pequeñito de sguidores y con eso me sobra.

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  3. me encantan las historias, es lo que hablo, me gusta mas desarrollar que solo sexo :3

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