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domingo, 13 de octubre de 2019

Desde hace 50 Años (1ª Parte)

Cuando mi abuela Clara me enseñó la foto me dijo: “En esta foto estoy yo y tu otra abuela, Blanca. ¿A qué no nos reconoces?” Miré la foto detenidamente y señalé a dos señoritas en la imagen: “Esta eres tú y esta mi abuelita Blanca”.
Clara sonrió y me miró con cariño. “Muy lista, pero te voy a hacer una pregunta mucho más difícil y estoy segura que no la vas a saber responder”
Yo también sonreí, me gustaban esos juegos con mi abuela. “Prueba, seguro que la acierto”
“Tienes que reconocer a otra persona en esta fotografía” Me gustaba el reto, soy muy buena fisonomista y por muchos años que hubieran pasado desde que se hizo la foto estaba segura que adivinaría quien era la persona que señalara mi abuela.
Esta vez se puso muy seria, sus ojos grises parecieron cambiar de color y me dijo con voz temblorosa: “En esta foto estás TÚ y tienes que decirme dónde estás”
Se me abrió la boca de asombro, esa fotografía tenía al menos 40 años y yo aún no había cumplido los 20. No entendía nada y mi única reacción fue mirar con asombro a mi abuelita. Ella seguía seria, pero esta vez tenía los ojos rojos, casi a punto de llorar. Con la voz entrecortada me repitió: “En esa fotografía estás TÚ, ¿Acaso no recuerdas cuando la tomaron?” me fijé detenidamente en la imagen y en la parte superior izquierda estaba yo con el brazo levantado saludando al fotógrafo.
“¿Cómo es posible? Esta foto se tomo 30 años antes de que yo naciera ¿Cómo es posible?”
Mi abuelita comenzó a llorar, se secó los ojos con un pañuelo y me respondió: “No deberías preguntarte porqué estás en una foto que tiene más de 50 años sino porqué pareces una mujer y qué fue de la muchacha a la que robaste el cuerpo.
Porqué tú no eres mi hermana Rosa, tampoco eres mi hija Laura y desde luego no eres mi nieta Carmen. Eres tan sólo un impostor que viste la piel de Rosa desde hace 5 décadas y que ya ni siquiera recuerda cómo robó la vida de esas tres mujeres. Eres un criminal y un fraude y tan sólo hemos mantenido el engaño esperando que algún día cuentes como le arrancaste la piel a Rosa y donde escondes su cadáver”
Algo giraba en mi cabeza. De repente mi cerebro se llenó de imágenes de sangre y cuchillos mohosos y resonaban en mis oídos las voces de una niña asustada mientras la despellejaba.
No podía soportarlo, desesperada salí corriendo de casa y fui a buscar a mi abuelo para que me contara lo que sabía y me ayudara a comprender lo que había sucedido.

1 comentario:

  1. No me esperaba que la nieta fuera el asesino me gustan los jiros de tus historias

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