traducir la página

sábado, 2 de noviembre de 2019

El Viejo Cementerio [Especial Noche de Difuntos] (1ª Parte de 2)

¿Hueles eso, Carmen? Es el aroma de tu madre, no ha pasado una sola noche sin que lo eche de menos.
Y, por supuesto, que lo olía. Era mi propio aroma, mi perfume. Era el olor de mi cuerpo cuando no usaba colonia. Sentí un pequeño desengaño al darme cuenta de que mi padre no reconocía mi olor y sin embargo no había olvidado el aroma de mi madre, aunque habían pasado 19 años desde que muriera.

Papá parecía feliz y de pronto empezó a carcajearse de una forma estruendosa cuando se abrió una ventana y asomó el rostro de una mujer. No podía creerlo, era sorprendente. La cara que apareció en el portal era idéntica a la mía. Esa mujer era igualita a mí, pero estabaa transfigurada por el horror y el espanto.
¡Es tu madre, Carmen, es tu madre! Por fin va a poder escapar del infierno y reunirse con nosotros.
En ese momento habló la mujer del portal. Y de nuevo me temblaron las piernas cuando reconocí su voz porque era idéntica a la mía. ¡Carmen, hija mía, acércate y déjame que te acaricie! Volveremos a ser una familia y ni siquiera la muerte podrá separarnos.
Estaba asustada, muy asustada, no sabía qué hacer. Pero miré a mi padre y lo vi feliz. Me hizo un gesto para que avanzara y yo lo hice. Lentamente me acerqué a mamá y estiré mi brazo.
Ella también estiró el suyo. Y por primera vez pude ver que sonreía, parecía tranquila y segura a la vez que nerviosa y deseosa. ¡Por fin podrás escapar del infierno! ¡Por fin podré escapar del infierno!
Quise huir de ese lugar maldito, pero mis pies no podían moverse y grité desesperada, pedía ayuda a mi padre. Pero papá seguía carcajeándose, sabía que no tenía otra opción y lentamente toqué la mano del fantasma del portal. En ese momento el mundo giró a mi alrededor. Perdí la noción del ser y del existir, del bien y del mal. De pronto había muerto y había resucitado en las tinieblas para observar desde el otro lado como mi cuerpo se besaba con el de mi padre. Intenté escapar, cruzar el portal hacia el mundo de los vivos, pero las máquinas dejaron de funcionar y el portal lentamente se fue cerrando.
¡Pierde toda esperanza, hija mía, ahora estás en el infierno y nunca podrás escapar! Decía mi padre mientras continuaba besando a mi antiguo cuerpo que como una serpiente se enrollaba alrededor. Mientras tanto, mamá, susurraba frases tan lascivas que sólo en el infierno se pueden aprender.
Cuando el portal se cerró supe que no existía vida, ni esperanza. Solo una eternidad de sufrimientos y de dolor. Pero aún seguía escuchando los gemidos de placer de mi madre.

2 comentarios:

  1. WOW lo he dicho y lo vuelvo a decir me encantaría escribir cómo tú aunque digas que la gente le gusta más mí estilo cosa que dudó tú estilo es genial

    ResponderEliminar
  2. Y yo te lo vuelvo a repetir, Oswaldo.
    El mejor escritor es siempre el que mas libros vende, y en este caso el que mas visitantes y lectores de sus caps acumula.
    Y ese eres tú, Oswaldo

    ResponderEliminar

¿Te ha pasado que quieres decir algo pero las palabras no son suficientes? Ahora puedes colocar imágenes o vídeos en comentarios, con los siguientes códigos:

[img]URL de la imagen[/img]

[video]URL del video[/video]