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jueves, 21 de mayo de 2020

Pandemia 2 - Extinción (1ª parte)

He perdido la noción del tiempo, no sé si es de día o de noche, tampoco conozco el mes en el que vivo o la década en la que subsisto. Pero al menos han pasado 30 años desde que me encerré en el bunker para librarme de la pandemia. La impresora de alimentos tiene reservas indefinidas, la purificadora del aire funciona con normalidad y la pila atómica aún está como nueva. Podría aguantar hasta el final de mis días en este encierro.

No consigo recordar la última vez que puede ver la televisión o escuché la radio. Hablaban de hospitales colapsados y huelgas masivas. Poco después se silenciaron y era imposible sintonizar ninguna emisora. No tardó mucho para que la gente empezara a morir a cientos de miles, después lo hicieron a millones. Hasta que cesaron las emisiones. Delante de las cristaleras de mi bunker se amontonaban miles de personas suplicando que los dejara entrar. Al principio eran muchos los que se agolpaban y después fueron muchos menos, hasta que dejaron de venir. Pude ver como el bosque invadía los caminos y las carreteras que rodeaban mi bunker y como pasaban a mi lado animales salvajes. Hasta que estos también dejaron de venir.
No tardé mucho en darme cuenta que quizás era la última persona viva en este planeta y poco después estaba segura de que no sólo era la última persona viva, también era el último animal que todavía existe e La Tierra.
Ahora soy más importante que nunca. Si yo muero desaparecerá la última muestra de vida en mi mundo. Por eso no me atrevo a salir. Me siento en frente de las cristaleras y miro como pasan los días uno tras otro hasta hacerse incontables. Han pasado lustros, décadas, quizás eones y sigo sentada en frente de mi cristalera esperando que desaparezca el último rastro de lo que fue la humanidad.
Supongo que tanta soledad me está volviendo neurótica.
Porque hace días que oigo como alguien llama a las grandes puertas de titanio de mi bunker. Es un sonido débil, tímido, como si golpearan con los nudillos y luego se marcharán. Doy grandes gritos peguntado ¿Quién está allí? ¿Quién vive? Pero nadie responde. Y al día siguiente vuelven los mismos ruidos y yo vuelvo a gritar exigiendo una respuesta.
No puedo soportar la duda.
¿Aún existe alguien con vida allá fuera?
Esta tarde estoy preparada, cuando vuelva a escuchar los golpes saldré del bunker y descubriré quién o qué los causa.

4 comentarios:

  1. Woo me adentro en la historia como si yo estuviera viendo todo lo que sucede

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    Respuestas
    1. Gracias Oswaldo. Esto es un nuevo episodio en mi evolución como escritora. Veremos si le gusta a mis lectores.

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  2. Muy original lo que escribes bb Carmen

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