1
2
Tengo tanto dinero que puedo comprar cualquier cosa que me apetezca. Puedo conseguir todo lo que se me antoje. Da igual que sea ilícito o inmoral, todo lo puedo comprar.
Acababa de cumplir 60 años y notaba que empezaban a fallarme
las fuerzas, mi cerebro ya no funcionaba tan rápido. Por eso supe que había
llegado el momento de cumplir el mayor reto de mi vida y poner en marcha el más
ansiado de mis objetivos. Había llegado
el momento de cambiar de cuerpo, de volver a ser joven y además una mujer
bella.
Contraté un grupo de investigadores que se encargaron de
buscar entre las menores de 20 años a las más impresionantes, a las que
hubieran demostrado poseer un gran coeficiente Intelectual y un cuerpo con el
que pudieran trabajar como modelos de lencería. Sabía que no era un encargo
fácil de cumplir y tampoco quería que lo fuera. Deseaba una búsqueda
exhaustiva. Así que debía tener paciencia y me resigné a esperar más de un año
hasta que me presentaron una lista con el nombre de 12 muchachas perfectas que
cumplían todos mis requerimientos. En la lista aparecían las fotos de doce
chicas con su historial médico y social, (descarté a 4 por la posibilidad de
que en un futuro tuvieran problemas de corazón, o estuvieran sometidas a
tratamientos siquiátricos). También descarté a otras 4 por ser de origen
extranjero y tener diferentes costumbres o idiomas y me resultara dificultoso a
adaptarme a sus vidas. Otras dos las rechacé por su pequeña estatura, no quería
bajitas, quería un cuerpo de modelo de pasarela. Al final quedaron tan sólo
dos.
Una rubia con cara aniñada que resultó ser la hija de un
exitoso inversor en bienes inmuebles y una morena de 18 años que aparentaba 25
y cuya familia estaba arruinada. La elección era fácil. Elegí a la morena
porque sería más barato comprar a su familia.
Una semana después me reuní con sus padres. Que resultaron
ser un borracho y una drogadicta que no dudaron un segundo en venderme la
patria potestad de su hija por poco más de 100000 euros. Horas después, la
preciosa muchacha se había convertido en mi hija adoptiva y en la única
heredera de mi fortuna. Dejé que pasaran dos meses y entonces avisé al equipo
médico que tenía preparado.
Encontrar al Doctor Samuel resultó complicado, había sido
expulsado de la Universidad y de la práctica de la medicina por “actividades
inmorales e ilícitas” después de lograr trasplantar el cerebro de un hombre de
85 años al cuerpo comatoso de un joven de 14. La operación había resultó un
éxito completo y aunque había salvado la vida del anciano la comunidad científica
lo expulsó de sus organizaciones y nuestro gobierno lo exilió del país. Desde
entonces había continuado practicado la medicina en territorio cubano donde
había sido empleado para alargar la vida de la gerontocracia cubana. Tuve que
pagar varios sobornos y comprometerme con la tiranía al regreso del doctor para
que permitieran su salida. Al Doctor Samuel le ofrecí dos cosas, una gran
cantidad de dinero y el compromiso a ayudarle a conseguir otro cuerpo para que
el mismo volviera a ser joven.
No se retrasó mucho la operación, Samuel tenía prisa por
cobrar el dinero y buscar un cuerpo para si mismo y aceleró el proceso. Yo no
quería riesgos, no me fiaba del doctor y le pagué menos de la mitad, el resto
lo haría efectivo con mi nuevo cuerpo y mi nueva vida. Pero a Samuel le pareció
suficiente y puso en marcha el proceso. Me citó a las 10 de la mañana en una de
mis mansiones donde había instalado el laboratorio. Cuando llegué encontré a mi
nueva hija durmiendo sobre una cama de hospital en el sótano de la mansión.
Estaba iluminada con grandes focos y no parecía que hubiera ninguno de los
ayudantes que había contratado para él. Justo a mi lado había una cama vacía y
Samuel me hizo un gesto de que me tumbara en ella. ¡Ha llegado el momento! me
dijo mientras se ponía su tapabocas esterilizado. Me tumbé en ella y noté como
me inyectaba un sedante. Después un segundo pinchazo y comencé a dormirme.
Estaba satisfecho, cuando despertara sería joven de nuevo.
No sé el tiempo que duró la operación. Sólo sé que al
despertar noté el olor de flores que me rodeaba y sentí que estaba tumbado
sobre un sofá. Por un momento temía que hubiera fracasado la operación, que no
se hubiera podido llevar a cabo el cambio de cuerpo. Pero notaba el peso de mis
nuevos pechos y el cabello largo sobre mi delicada espalda. Nunca había sido
tan feliz y sonriendo me volví a dormir.
Horas después me despertó el doctor Samuel con suaves golpes
en la cara. Intenté abrir la boca para quejarme, pero no pude. No podía hablar.
Intenté abrir los ojos y mirarlo, pero tampoco podía. Mis ojos no se abrían y
era incapaz de ver nada. Tampoco podía moverme. Pero pude escuchar la voz del doctor
susurrando a mi oído. “La operación ha sido un completo éxito. Acabo de demostrar que se puede intercambiar
un cuerpo entre edades y entre sexos. Y no sólo eso, he instalado en tu cerebro
un interruptor que me permite controlar todas las funciones sensitivas y
motrices de tu nuevo cuerpo. Voy a hacerte el favor de que puedas ver.” Escuché
el golpeteo de unos dedos sobre una Tablet y de repente mis ojos se llenaron de
luz e imágenes. Ante mi estaba el viejo doctor y un joven rubio de una belleza
exuberante. No sé porqué, pero mi cuerpo femenino se excitaba tan sólo con su
presencia. “Este joven es Carlo y el cerebro que hay dentro de su cabeza es el
de Laura, la muchacha a la que le has robado el cuerpo. Se me olvidó decirte
que me gustan los hombres y le ofrecí a Laura trasplantar su cerebro al cuerpo
de Carlo y que viviéramos para siempre juntos. Pero para eso necesito tu dinero
y quiero que me entregues todas tus propiedades. Las flores que estás oliendo
son venenosas, si no las aparto de tu lado en menos de 2 días comenzarás a sufrir
alucinaciones tan horribles que después de tres días habrás muerto de un ataque
al corazón. Si me dices cuáles son tus cuentas bancarias retiraré esas flores y
en una semana controlarás por completo tu nuevo cuerpo.” Volvió a teclear en la
Tablet y pude hablar de nuevo. Por supuesto que me negué a tan ruin trato. Pero
en vez de enfadarlo pareció darle pena, me miró sonriendo y se marchó
prometiendo que volvería en tres horas. No tuvo que esperar tanto. El veneno de
las flores me estaba afectando y creía ver formarse en el aire cristeras
monstruosas que me arrancaban la piel a grandes tirones. Sabía que eran alucinaciones,
pero yo las sentía como si fueran reales. Así que a grandes voces reclamé la
presencia de Samuel. Le di toda la información que me pidió. Toda mi fortuna
era suya, pero al menos volvería a ser joven y bella cuando cumpliera su parte
del trato. “Es el momento de que cumplas lo que pactamos en Cuba, estarás
presente en mi cambio de cuerpo y después serás libre para siempre".
Noté de nuevo los
pinchazos del sedante en mi brazo, y mientras me dormía escuché a Samuel decir:
“La operación la dirigirá Laura, que ha demostrado ser tan buena estudiante
como tú decías y ha aprendido las técnicas en pocas semanas”
Esta vez tuve grandes pesadillas, y cuando desperté lo hice
con la respiración agitada. Estaba de nuevo tumbado en el sofá y noté de nuevo
el olor de las flores alucinatorias. Pero no era una alucinación cuando abrí
los ojos y pude ver el bellísimo rostro de carlo que agarraba amorosamente una
mano, la mano de Laura, la mano del cuerpo que había intentado robar. La bellísima Laura me contempló con sus
inmensos ojos verdes y me dijo:” Soy Samuel, siempre me gustaron los hombres y
ahora tengo un cuerpo con el que también le gusto a ellos. Tú tienes mi antiguo
cuerpo y ya he avisado a la embajada cubana. En pocos momentos llegarán miembros
del servicio secreto y te devolverán a la isla. Así cumplirás tu promesa al
gobierno. Yo me quedo a disfrutar de mi nueva vida, de tu dinero y de la
compañía de mi amante” Levantó la mano de Marco y la besó. Podía moverme, pero
no tenía fuerzas para hacerlo, este cuerpo era tan viejo como el mío, estaba
cansado y acababa de salir de una operación de cerebro. Allí me quedé tumbado
viendo cómo se alejaban para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te ha pasado que quieres decir algo pero las palabras no son suficientes? Ahora puedes colocar imágenes o vídeos en comentarios, con los siguientes códigos:
[img]URL de la imagen[/img]
[video]URL del video[/video]