Mi segundo video creado con IA.
Cuando era niña iba todos los días al colegio sola. Aunque pasaba al lado de un viejo cementerio y una iglesia antigua nadie me acompañaba. Estaba cerca de casa y nunca ocurrió nada terrible.
Mi segundo video creado con IA.
Cuando era niña iba todos los días al colegio sola. Aunque pasaba al lado de un viejo cementerio y una iglesia antigua nadie me acompañaba. Estaba cerca de casa y nunca ocurrió nada terrible.
Hoy os presento mi primera video-Cap.
he utilizado una vieja historia para crear cientos de imágenes por IA y luego he escogido las que me parecían mas adecuadas para animar mi relato.
Ojalá os guste.
Para escuchar la AUDIODESCRIPCIÓN pulsar aquí
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Hace una semana que comenzó a llover y desde entonces no ha parado. Regresaba del colegio con un sol maravilloso, de esos que pesan sobre los hombros, cuándo de repente, empezó a nublarse. Comenzaron a caer algunas gotas de agua y aceleré el paso.
(Para escuchar la AUDIODESCRIPCIÓN pulsa aquí)
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Juan era un cobarde. Era incapaz de luchar por su vida y por el bien de la gente que lo amaba. Había subido a la terraza y tenía las piernas colgando en el vacío.
Yo lo amaba tanto ... No podía permitir que se arrojara.
Con lágrimas en los ojos le supliqué que por favor no lo hiciera.
Me miró con tristeza y me dijo que hay vidas que no valen nada y que la suya, ahora, no valía nada. Volvió a mirar hacia el abismo sobre el que estaba sentado, inclinó su espalda, movió la cabeza hacia adelante y se soltó de manos.
( Para escuchar la audiosdescripción pulsa aquí )
Con esta historia cumplo el reto que me hizo mi satánica compañera Alba de escribir una historia sobre sus "amados" gatos
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Todos sabemos que los gatos presienten la muerte y que se quedan en silencio, sin moverse, mirando como agoniza su dueño. Pero lo que muy pocos saben es que lo hacen para llevar nuestra alma al infierno. Son los enviados de las tinieblas, los que abren la puerta negra y los que se alimentan de nuestro sufrimiento.
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Alguien vive en mi cabeza… Y en la tuya.
Por las noches cuando cierro los ojos lo oigo respirar. Arrastrándose por mi cerebro. Contaminando mis ideas. Susurrando: “Mátaloooos, así podrás descansar”
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El 13 de Julio me reuní con Bilal Ben Tedder en la tetería más mugrienta de El Cairo. El sitio era apestoso, pero todavía olía peor el señor Ben Tedder. Me señaló una pequeña silla de madera y me senté a su lado. Bilal estaba cubierto de cabeza a pies con una chilaba andrajosa que sólo permitía ver sus ojos negros que brillaban como ascuas encendidas. Agarró la tetera y mientras llenaba nuestros vasos pude ver su mano despellejada que parecía la de un cadáver a medio descomponer. Saboreó lentamente el brebaje y después de unos segundos me dijo que estaba dispuesto a contestar todas mis preguntas. Sonreí e imaginando lo que él quería saqué de mi bolsillo un fajo de libras y las coloqué sobre la mesa.
Ni siquiera las tocó.
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Me he pasado horas observando esta foto. Me he pasado horas deseando que no fuera lo que parecía.
En Noruega los novios plantan un árbol cuando se prometen en matrimonio. Después de la boda se reúnen junto al árbol y allí ruegan a los espíritus del bosque que conviertan al árbol en el guardián de la familia, que les de su firmeza, que crezca tan alto y fuerte como su felicidad y que cobije los espíritus de la familia cuando mueran.
Y el de la foto era el árbol de mi familia. Que creció grande y fuerte.
Compromisos personales inevitables me han impedido seguir colaborando en el blog.
Por fin he terminado mis deberes sociales y voy a reanimar mi blog.
Comenzaré con una serie totalmente nueva y diferente a lo que se publica en los blogs tradicionales de "Bodyswap"
Se trata nada más y nada menos que de contar el origen de la humanidad y los swappers (Los cambiantes)
Después de tanto tiempo me cuesta volver a ficcionar y aún no he terminado la historia. Por eso hoy publicaré la primera historia y la continuaré la semana que viene.
Un saludo a todos y gracias por los apoyos.
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Recuerdo que me gustaba pasear por el cementerio.
Cuando despertaba, miraba la Luna, me ponía en pie y algo me llamaba a caminar por el barro del viejo cementerio.
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Apenas había cumplido mi primer año de vida cuando mi familia se mudó de residencia. Cambiamos la gigantesca mansión en la sierra de mi abuelo y nos mudamos a un pequeño apartamento en el centro de la ciudad. No necesitábamos el dinero y por eso no se vendió la finca. Simplemente la abandonamos como si estuviera maldita. Parecía ilógico que en el momento en que la familia era más numerosa dejáramos una casa grande por una pequeñita.
Pero había algo más extraño que tardé en comprender. Cuando abandonamos la mansión mi padre aseguró la puerta con 7 candados y clausuró la gigantesca biblioteca de mi abuelo. Parecía que quisiera olvidarse de que existía y deseara que los libros se pudrieran sin que nadie llegara a leerlos.
.Cuando contraté a Carmen Sanz sabía que no contrataba a la prostituta más cara del país, estaba contratando al cambiador de cuerpos que hace años la había poseído.
Yo era un hombre viejo y cansado, pero había conseguido una gran fortuna en inversiones de riesgo, y había llegado el momento de utilizarla para conseguir una nueva vida y un futuro mejor.
Sólo quedaban 30 minutos cuando Carmen Sanz llegó. TIC, TAC, TIC, TAC
Esta cap es mi pequeño homenaje a mi amigo Federico Jiménez.
Desde que éramos niñas, Martha y yo jugábamos al juego del “Yo soy Tú”
Era tan solo un juego de niñas, pero le echábamos tantas ganas que a veces funcionaba.
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Entre las imágenes borrosas de mi infancia está “La Casa del Dolor” Mientras escribo estas líneas me esfuerzo en recordarla, pero el horror oscurece mi memoria.
Aunque la llamábamos “casa” se trataba de un hospicio para niños abandonados. Bueno, en realidad tampoco era un hospicio, se trataba de un negocio salvaje y deshumanizado donde algunos millonarios pagaban indecentes cantidades de dinero para conseguir todo aquello que sus bajos instintos deseaban.
Cuando éramos niños teníamos una prueba de valor.
Visitar por la noche la laguna dónde se ahogó Carmen Sanz y esperar que apareciera, nos agarrara por el pelo y nos ahogara en las aguas oscuras.
Pocos soportaban el miedo más de 15 minutos, pero muchos aseguraban haberla visto aparecer desde las profundidades. Toda blanca y semitransparente como son todas las ahogadas.
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La corrupción del cuerpo humano es bella.
Porque permite la transformación, el cambio de forma, y la conversión en otra cosa.
La corrupción es bella, deseable y muy beneficiosa para el causante.
Hace un mes que recibí la llamada desesperada de Carmen Sanz. Toqué tres veces en su puerta, esperé un rato, pero no me abrió. Ya me marchaba cuando la puerta se movió y escuché la voz de Carmencita pidiendo que entrara.
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Es maravilloso sentir como vibra el violín entre mis manos. Esa vibración era lo que había causado que cambiara de cuerpo con Carmen Sanz. Ella era una intérprete muy sensible y su cuerpo parecía el de una diosa cuando se estremecía acariciando el violín mientras tocaba música.
Ahora lo siento yo, y noto como la música fluye por mis venas. Es una maravillosa sensación comprobar cómo se coordinan mis dedos con el ritmo y como voy invocando la música que surge del violín y la escucho con mis oídos. Bueno, con los oídos de Carmen.
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Dicen que Beethoven escribió su Novena Sinfonía estando sordo. Era incapaz de escuchar la música que componía, simplemente sentía como las vibraciones sonoras influían sobre su cuerpo y su alma. Es lo mismo que quería sentir mi tio abuelo Marcos y para lograrlo tapaba sus oídos simulando una sordera absoluta. Hizo que le construyeran un violín de 2 mástiles curvos y 12 cuerdas capaz de emitir ultrasonidos e infrasonidos y se sentaba cómodamente a sentir como su violín aceleraba su pulso y erizaba sus cabellos.
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La fotografía que estás viendo es la imagen que me ha atormentado durante años.
Una simple instantánea tomada con una cámara Polaroid, hecha en una época en la que casi nadie usaba las cámaras Polaroid. Tan sólo las utilizaban las enfermas de nostalgia o las que esperaban captar una imagen inolvidable.