Cuando era niña e iba a la escuela, en mi camino a la escuela me encontraba todos los días a un ancianito mirando si habían colgado ya su esquela
Nunca he entendido la costumbre de colgar una lista de muertos en la puerta de las iglesias.
Y mucho menos entendía a la gente que se paraba a leerlas como si estuvieran hipnotizados mientras las comentaban la vida del difunto como si fuera un partido de futbol.