La Fábrica de Bodusuits (Video Cap)

 Una visita al sitio dónde fabricaban personas y amores y que cambió mi vida para siempre.

 

 

 

 Todos conocemos alguna persona que ha sido bendecida por la Providencia. Tienen belleza, juventud, inteligencia y casi siempre mucho dinero. Era el caso de mi jefa, la señorita Alba Olsson. Hasta hace poco tiempo parecía menospreciar todos los dones que la naturaleza le había regalado. Era la típica adolescente rebelde sin motivo.  Nunca había hecho nada provechoso y todos pensaban que nunca haría nada que mereciera la pena.

Pero, hace cinco años, una visita a su abuelo, poco antes de que este muriera, cambió su personalidad y su suerte. Consiguió una invitación para estudiar derecho en la Universidad de Oxford, comenzó una carrera como modelo fotográfica y su abuelo la nombró heredera universal de toda su fortuna.

Era realmente sorprendente, la señorita Olsson que había sido una niñata condenada al fracaso se convirtió de la noche a la mañana en una celebridad y en la envidia de todos.

Siguió sorprendiendo cuando se transformó en una estudiante ejemplar y terminó una carrera de cuatro años en tan solo dos, y lo hizo con tal facilidad que parecía conocer el contenido de las asignaturas como si las hubiera practicado durante años, algo que era imposible por su juventud.

Pocos meses después fundó su propia consultoría legal donde me invitó a trabajar como becario.

Tenía motivos para envidiar a mi jefa, pero me parecía una locura que desperdiciara su tiempo y su dinero contratando a gente que sólo tenía belleza, pero sin ningún talento conocido.

Era una situación injusta porque se olvidaba de mí haciendo que trabajara como becario mientras ascendía a estas nulidades que eran preciosas, pero sin cerebro. A veces discutía con ella diciendo: “Si yo estuviera en tu piel haría esto y lo otro”. Hasta que un día me respondió la señorita Olsson: “No lo repitas tanto y hazlo, ponte dentro de una piel más bella” Me pareció una broma pesada y que mi jefa se burlaba de que yo era el único feo rodeado de tantas personas bellas.  Para no perder mi puesto de trabajo decidí aguantar la humillación y reírme de ese chiste tan cruel. Pero mi jefa ni siquiera sonreía y me respondió “No es una broma, me gusta tu forma de pensar, tu creatividad. Si tuvieras una cara y un cuerpo más agradable serías un triunfador y podrías dirigir esta empresa a mi lado. Te ofrezco un cambio de piel para convertirte en una persona de éxito”

¿Un cambio de piel? ¿A qué se refería? No entendía bien de qué me hablaba, pero no quería enfadarla, así que acepté. Mi jefa sonrió y me dijo que la siguiera porque me iba a conducir a un sitio dónde cambiaría mi vida para siempre.

Agarramos el auto, atravesamos media ciudad y nos adentramos en las afueras hasta llegar al lugar del que me había hablado Alba.

El sitio parecía un gran matadero industrial, con grandes ventanucos que llenaban de luz los suelos grises manchados de sangre. También había gigantescos ventiladores para expulsar el aire corrupto de la nave que apestaba a formol y orina.

Cuando entré me dieron ganas de vomitar.

Pero no eran animales lo que se despedazaban en ese sitio. Del techo colgaban pieles humanas clavadas en ganchos de las que goteaba un líquido entre verdoso que retumbaba al golpear en los charcos del suelo.

Pero no todo era decrepitud y tristeza. Puedo decir que entre todas esas pieles no había ni una sola arruga que desagradara a la vista, el espectáculo tenía una belleza macabra casi hipnotizante.

Toda lo que podía ver eran pieles de personas jóvenes y bellas.

La señorita Alba Olsson me explicó como extraían las vísceras de los cuerpos y cómo se realizaba el proceso de secado de las pieles con sales y aceites para que no perdieran elasticidad.

Estaba asqueado y pensaba en huir para avisar a la policía. Pero no quería que me despidiera y además quería saber por qué la señorita Olsson pensaba que esto podía mejorar mi vida. Una pregunta me rondaba la cabeza cada instante: ¿Dónde encontraban a los donantes de pieles? Me sonrió de forma maligna y me acordé de que Alba Olsson había vivido en Ucrania durante la guerra y que hacía donaciones millonarias a los países más pobres del planeta. Preferí no preguntar sobre el tema.

“Esas pieles están diseñadas para usarlas como si fueran un traje. En el momento en que las vistas te convertirás en la persona a la que hemos arrancado ese pellejo. Hay hombres fuertes y sanos. Mujeres bellas y jóvenes. Sólo tienes que usar uno de esos “skinsuit” y tu vida será diferente para siempre”

Ella quería que vistiera un traje hecho con la piel de una de las personas que estaban colgadas de los ganchos. Debo admitir que estaba aterrado. Pero me encantaba la idea de poder ser una persona joven, elegante y bella. Así que le respondí “¿Puedo escoger la piel y el sexo?”

Alba me miró directamente a los ojos y con una cara muy seria me respondió: “por supuesto, pero déjame que te recomiende una”

Me condujo al otro lado de la nave y me señaló la piel de una muchacha de pelo castaño. Era la única que colgaba de un gancho dorado, aparentemente de oro. Pude observar que la piel no estaba hueca porque la habían rellenado de rosas e incluso olía bien.

“Esa es Carmen Sanz y era la novia lesbiana de Alba Olsson, Cuando se enteró de que yo quería vestir la piel de la señorita Olsson intentó avisar a la policía, así que la convertí en un skinsuit.

Pero, cuando, por fin pude vestir la piel de Alba Olsson adquirí también sus gustos y resultó que estaba locamente enamorada de Carmen Sanz y necesito que continúe viviendo. Te pido, por favor, que seas Carmen Blanca Sanz Rojano”

La boca se me abrió de asombro. La señorita Olsson quería que me pusiera la piel de su chica y que me convirtiera en su novia lesbiana.

ESTABA LOCA. Debía huir o me mataría a mí también. Vi cómo Alba llevaba la mano a su bolso. Y pensé que allí tendría una pistola. Pero la sacó agarrando algo parecido a un cuchillo. Me sonrió con maldad y levantó el arma.

Valoré mis opciones, no había sitio dónde huir y no creía poder vencer a esa mujer en una pelea. Era más joven que yo, más alta y más fuerte. De todas formas, estaba decidido a pelear por mi vida.

Esperaba la primera cuchillada, pero me sorprendí cuándo Alba clavó la punta del cuchillo en su propio rostro, justo debajo de la oreja, lo movió hacia abajo desgarrando la piel de su rostro. A pesar de la sangre y del dolor que debería estar soportando, la señorita Olsson seguía sonriendo de forma diabólica. Luego introdujo sus uñas rojas y largas dentro de la herida y arrancó la piel de su rostro.

Allí se abrieron los infiernos y lo comprendí todo. Justo debajo de su piel, donde debería estar el rostro de una joven de 20 años estaba la cara malvada y arrugada de un anciano.

“Yo era el abuelo de Alba y no podía soportar que tirara su vida a la basura. Así que decidí quedarme con su cuerpo y salvar el futuro de nuestra familia”

Luego se puso de rodillas frente a mí.  Cogió delicadamente mi mano y con la voz entrecortada por el amor me dijo: “Dime, ¿Quieres convertirte en Carmen Sanz, ser mi novia y compartir a mi lado una vida larga hasta que volvamos a cambiar de piel?”

Ahora sabía que todo era verdad. Con delicadeza la ayudé a levantarse del suelo dónde aún seguía de rodillas. La besé en sus labios de viejo y le di el beso más sincero que una joven enamorada podría dar. Y me sentí feliz sabiendo que yo iba a ser esa joven enamorada.

Esa misma tarde dos médicos me condujeron a un hospital que también era propiedad de mi nueva novia. Me sedaron para que no sufriera y me durmieron en el quirófano.

Cuando desperté lo primero que pude ver era a la señorita Olsson cogiendo delicadamente mi mano. “Por fin despiertas, mi amor, bienvenida a tu nueva vida, señorita Sanz” Luego besó mi anillo de prometida pude ver como lloraba de felicidad y acaricié su bello rostro del que habían desaparecido las cicatrices. Yo también era feliz y por primera vez sentí que estaba enamorada de Alba Olsson como siempre lo había estado Carmen Sanz. Ahora sabía lo que era el verdadero amor por esa diosa rubia que llenaba de carmín y lágrimas mi mano.